Ventura Pons a lo largo de su trayectoria ha demostrado que el cine que le gusta trabajar y en el que se desenvuelve como pez en el agua es un tipo de cine con ambiente teatral. “Barcelona, un mapa” es una prueba clarísima de ello. Adaptación al cine de la obra teatral de Luisa Cunillé, deja bien claro que aunque se base en el teatro se puede conseguir un producto cinematográfico.

Es un tipo de cine muy catalán en todos los sentidos, tanto por el título, la ciudad se convierte en un protagonista más, presentándonos sus características, la forma de ver las cosas de sus gentes. También el reparto en su mayoría son experimentados intérpretes de la escenografía catalana, José María Pou, Nuria Espert o Rosa María Sardá, entre otros, logran magnificar esta cinta. Lo mejor de la película es poder disfrutar de los cara a cara interpretativos de estas fieras. Pou y Espert son un matrimonio que conviven con un grupo de gente en un piso del Ensanche barcelonés y les van comunicando que deben marcharse para que él muera tranquilo. La primera en salir a escena es Rosa María Sardá todo un derroche de buen gusto interpretativo junto a Pou. A continuación el espectador disfruta de la veteranía y la juventud, por un lado Nuria Espert y por otro de la juventud de Pablo Derqui. La misma conjunción se da entre Pou y Botto, todo un lujo para los que amamos el cine de actores. Para rematar el gran duelo de manos de los grandes anfitriones de este piso.

No tiene artificios ni muchas más historias que la de dos personas dialogando sobre una situación, aunque de vez en cuando salga a la calle para mostrar vistas de la ciudad, que como dije antes a través de conversaciones y fugaces imágenes se convierte en un protagonista más. Cine que no llega a todo el mundo, pero para los amantes de Pons puro y teatral, ha sido y es un lujo.