Amigos lectores de esta crítica, la "película" es larga y pesada a rabiar y la sinopsis es a grandes rasgos: Tras la caída del régimen comunista, Rusia esta a pocos días de la elección de un nuevo presidente. En estas circunstancias, el líder pro-occidental Igor Komarov se compromete a salvar al país. El ex-agente de la CIA Jason Monk recibe el encargo de trasladarse a Rusia, no se sabe exactamente con que cometido, (no lo saben ni los propios guionistas)

La película es todo un despropósito de calamidades, parece la obra de un grupo de aficionados. La duración del film, claramente de serie B, es tan larga que invita a dormirse y apagar el televisor. Lo único destacable son las imágenes de exteriores de Moscu.

Resumiendo: Un soberano tostón, un 4 por compasión.