Por muy amante del género que sea, este tipo de películas me acaban matando la noche, no de miedo, si no por el dolor de estomago que me crea al ver lo que se puede hacer con un hecho real y como se puede tergiversar historia y escenarios para acomodarlos al gusto de unos payasos cámara en mano.

En fin, al estilo Bruja de Blair, cámara en mano, un chaval y su familia se trasladan a la mítica casa de Amityville, esa que en la tercera entrega quedo echa cenizas, y ya desde el primer momento empiezan a suceder extraños sucesos pero aún así hay que hacer la película y como son masoquistas, se quedan a vivir con los fantasmas.

Imágenes superpuestas, movimientos bruscos de cámara, cortes de estilo casero, actuaciones pésimas, chillidos, lloriqueos y una niña pequeña con una voz tan tierna que dejaría al osito de Bimbo como el malo de la película, todo ello para crear una historia intragable muchas veces y fascinante otras, pero que lo qué es miedo nada de nada, si acaso mareo con tanto movimiento de cámara o risas con las superposición de las imágenes.

Siempre puede ser peor, y es que no transmita nada y se quede uno durmiendo, este no ha sido el caso de ahí esa notaza. Recomendable para amantes de las sagas y que no les importa perder 80 minutos de su tiempo en este estilo de películas, como en mi caso, pero para el resto, olvidadlo, que no creo que salga ni en España ni en Sudamérica en Dvd.