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Estados Unidos Estados Unidos · 544 Camp Street. New Orleans
Voto de Jinete nocturno:
7
Thriller. Intriga. Terror. Drama. Fantástico Todavía trastornado por la muerte de su esposa en un extraño accidente automovilístico, el periodista John Klein sufre una avería en su coche en plena noche. Al pedir ayuda, descubre sorprendido que se encuentra en un pequeño pueblo de West Virginia, a cientos de kilómetros de donde creía estar. La sheriff local le informa de que una serie de inexplicables sucesos han tenido lugar en los últimos tiempos. Después de analizar varios casos ... [+]
13 de noviembre de 2009
41 de 48 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta crítica, y es bien raro en mí, no trata de convencer a nadie. No, no pienso venderte la película. Y es que, sinceramente, no estoy convencido de que sea una gran film. Lo que sí puedo decir es que fue capaz de removerme las tripas y ponerme los pelos de punta como muy pocas películas lo han conseguido. Y con eso tampoco lo que trato de decirte es que la película más terrorífica que he visto, ni mucho menos... Simplemente que por alguna razón fue capaz de despertar en mí un terror áspero y primitivo, diferente. No el terror difuso y abstracto típico de las historias de fantasmas, sino un terror concreto, palpable... Y eso que la historia, vista racionalmente, no tiene ni pies ni cabeza;vamos, lo que se dice una parida... Así que, ¿por qué algo tan absurdo y lisérgico como un pueblecito invadido por una polilla humanoide gigante –pues de eso va esta película, y no es broma- me acojona tanto?

Quizás tenga que ver con que la historia que se narra, por increíble que parezca, sucedió. Sí, al parecer, en Point Pleasant, Virginia, en diciembre de 1966, decenas de testigos afirmaron ver exactamente lo que describe la película: un humanoide completamente negro, de dos metros y medio de estatura y sin rostro definido, dotado con dos penetrantes ojos rojos y con dos gigantescas alas… De hecho, salvo por detalles menores, como que el tipo al que interpreta Richard Gere, John Keel, era en realidad un gordinflón calvo, y ciertas licencias dramáticas, la película es bastante fiel a la realidad, incluyendo el increíble y espeluznante final, que evidentemente no voy a destripar.

Volviendo a lo puramente cinematográfico y dejándome de rollos, la película posee algunas virtudes notables y algunos defectos catastróficos. Entre sus puntos fuertes destaca su música, compuesta por Jeff Rona. Se trata de una banda sonora absolutamente soberbia, espeluznante e hipnótica, que encaja como un guante en la narración y contribuye enormemente a crear la atmosfera de pesadilla que envuelve toda la historia. Si tuviera que hacer un ranking de las mejores bandas sonoras de la historia del Terror, ésta sería titular de mi particular once. Otra baza es, como se ha dicho, su conseguida atmosfera, onírica, amenazadora e irreal, a la que, además de la música, contribuye su acertado ritmo narrativo pausado (a veces demasiado) y su buen uso de la fotografía. Yendo a los defectos, destaca su fallido guión, pretencioso hasta la nausea y que trata de abarcar demasiado, por lo que todo acaba por deshilacharse en el cuarto final de película. Otro problema es Gere, que sí, no lo niego, le pone voluntad, pero que ni por un momento consigue ser creíble. Y eso, que en una comedia romántica tiene un pase, pero en una de Terror, es mortal de necesidad.

En resumen, una película irregular y parcialmente fallida, que, aún y todo, increíblemente, se las arregla para resultar absolutamente terrorífica y sugestiva… Algo casi tan misterioso como la aparición del Mothman.
Jinete nocturno
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