¿ Cuántos productos como este no vimos en la década de los 80? Yo ya he perdido la cuenta. Y con esto no quiero decir que sean malos o poco gratos de ver, sino que son ya muy cansinos y repetitivos.

Cortados por el mismo patrón, nos muestran un hecho... se ha cometido un brutal asesinato. Perfecta la introducción, al grano, como a mi me gusta. Y a raíz de aquí, los tópicos. El marido el primer sospechoso... para variar. Todas las pruebas lo incriminan, señalan en su dirección. Y más cuando el fiscal está empeñado en subir escalafones con un personaje muy conocido en la sociedad, Director de un periódico muy ilustre. Que mejor forma de alcanzar al cúspide, que encerrar entre rejas a tremendo personaje. Magistralmente interpretado por el siempre correctísimo Peter Coyote.
Por otro lado, contamos con la abogada " obligada " a defender al presunto asesino... como me gusta la hipócrita palabra " presunto ". Porque según sus más allegados, es simplemente la mejor. Con la nota añadida, de que era la ayudante del fiscal de turno, hace 4 años y no acabaron de rositas precisamente, ni para quedar a cenar por nochebuena.

Así que aquí nos encontraremos con un combate pugilístico entre el fiscal y la abogada defensora, donde él irá a muerte a incriminarlo y ella intentará por todos los medios que sea así. Inmensa la actuación de Glenn Close, lo mejor de la cinta sin duda, este tipo de papeles donde desarrolla todo su potencial, comedia, drama, acción... le van como anillo al dedo. Grandiosa simplemente. A su lado un ayudante excepcional en la persona de Robert Loggia, el cual se encargará de buscar a los testigos oportunos para la ocasión.

Muy bien llevado el desarrollo del film, siempre buscando la ocasión de sembrar la duda del espectador en cuanto a la inocencia del protagonista. Ahora sí, ahora no. Lástima el desenlace, perdió mucha nota para mi, no por predecible, sino por repetitivo.

Así y todo es un buen thriller para pasar un rato bastante entretenido.