El título Manslaughter que en su traducción literal significa carnicería humana, en su traducción real para un anglo-parlante significa homicidio involuntario, digamos que es un falso amigo.

Se deja ver de modo interesante, a pesar de no contar con ninguna banda sonora añadida.

Representa una fábula moral sobre los comportamientos humanos, los errores, el perdón, la caída al infierno y la redención. Toda ella es una reflexión, más bien superficial, acerca de estos postulados que rigen la conducta humana. Dicha simplificación del ejercicio cinematográfico podrá ser compartido o no por el espectador, pero en cualquier caso es preferible esta versión, honesta en su esencia, que todos los panfletos moralizantes que se filman hoy en día.

Interpretaciones sobrias, propias del año de su rodaje, 1922. Recomendable filme para estudiosos del Cine.
Cuando se rodó este filme, no existía el código Hays para la producción artística, por lo que hace hincapié en ciertos aspectos tórridos y amorales, que posteriormente se edulcoraron en el mundo del Cine, incluyendo una especie de orgía babilónica, con cierta inspiración en las imágenes rodadas por D.W.Griffith en su filme Intolerancia (1917).