La historia da comienzo con un padre y un hijo que encuentran una pequeña barca a la deriva con una única superviviente (Brooke Adams) completamente en estado de shock.
Más adelante Peter Cushing, que interpreta a un comandante de la Schutzstaffel (SS nazis) les confiesa que hundió su navío allí tras la derrota en la Segunda Guerra Mundial y no recibir instrucciones, para ocultar en esa remota isla a una unidad de las SS especialmente mortífera, que debido a los experimentos nazis (relaciona la historia con las muchas leyendas y mística sobre el tema de forma acertada) crearon a unos hombres ni vivos ni muertos.
En una especie de estado intermedio entre la vida y la muerte, esos hombres fueron escogidos de entre los asesinos más sanguinarios, y fueron modificados para el terreno en el que estuviesen y para no sentir cansancio ni dolor.
Esta unidad en particular debía operar en submarinos viviendo en las profundidades del océano sin necesidad de emerger ni pisar tierra, de ahí que su debilidad sea la luz solar directa en los ojos al pisar la superficie por ejemplo.
Sin embargo, se muestran como un enemigo implacable y silencioso, que un su día resultaba peligroso incluso para el resto de tropas nazis y ante los que la tripulación no tienen más opción que tratar de huir a la desesperada mientras ellos permanecen allí para siempre en una ubicación desconocida, despiertos y a la espera.