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España España · Barcelona
Voto de Ruben:
8
Thriller Estados Unidos se encuentra en crisis. Los pobres se agolpan en guetos, mientras los políticos no parecen preocuparse por lo que está sucediendo. Ante este panorama, un hombre apodado The Mortician sobrevive trabajando en una morgue y con la única compañía de una prostituta llamada Ava. La llegada de un cadáver con un extraño tatuaje, la aparición de un peligroso gángster y el encuentro con un misterioso niño cambiarán el sino de la ... [+]
10 de octubre de 2011
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué ocurre cuando todo lo que hay a tu alrededor carece de vida? ¿Qué puede darte una sociedad en la que no puedes confiar? El protagonista de esta historia solo tiene una forma de comunicarse con los habitantes de una sociedad que no entiende. Y es tratando los cadáveres en el depósito donde trabaja.

Esta historia goza de varias ironías como esta, una ciudad totalmente destruida por causas como la delincuencia, el abandono y la famosa crisis, en la que el único habitante "normal" desempeña uno de los trabajos más extraños que existen.

La película, aún queriendo ganarse el voto de la crítica como una película noir independiente, no carece de diversos tópicos del cine más comercial como el del personaje que vive una vida lineal y la cual se ve afectada y transformada por una consecución de hechos ajenos a este.

De todos modos, el debutante director ha sabido crear una atmósfera creíble en la que el público consigue caminar sobre esas descuidadas calles (labor que también habría conseguido sin el 3-D) y, lo que es más importante, empatizar con el protagonista. Éste, parece no comprender nada del espacio que le rodea y su única liberación consiste en encerrarse en su depósito. Un increíbe Clifford Smith aka Method Man, que consigue entrar en su personaje en cada uno de los planos.

"The Mortician" no pretende contar una gran historia, pero recalca distintos valores de la sociedad de hoy en día como la rabia, la confusión, la agonía y la desesperación, donde la solución para estos problemas puede residir en lo que uno menos espera. La cuestión es ¿estamos dispuestos para recibir esa ayuda? ¿O ya es demasiado tarde?
Ruben
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