Lo primero que llama la atención de esta película es su parte estética, desde la puesta en escena, pasando por los decorados, la luz y esa impresionante fotografía llena de contrastes. Luego viene la interpretación de Ralph Fiennes y por fin esa historia que se va intuyendo fotograma a fotograma hasta la escena final. Las imágenes de los títulos de crédito son un buen prólogo: unas manchas y desconchados que recuerdan a las del test de Rochard, muy expresivas y eficaces. Pronto vemos que estamos dentro de la mente de un loco. Tenemos que hacernos cómplices y recorrer esas calles fantasmales de su mano, asistir como espectadores mudos a su infancia de niño solitario y enmadrado. El personajes adulto asiste también, al modo del profesor Borg en "Fresas salvajes". Tenemos que ir atando los cabos de las innúmeras cuerdas que aparecen: la tela de la araña. El hilo nos irá llevando al desenlace a través de un suspense bien mantenido. La mezcla de sordidez e irrealidad me recuerda "Leolo", otra película sobre la locura que me fascina.
spoiler:
Quizás el que el final se deje adivinar quizás pudiera ser la única pega. No resulta creíble que el padre mate a la madre y se lleve a la puta a casa como si nada. De todos modos, la transformación del rostro de la muerta de odiosa usurpadora en dulce madre resulta impactante.