En la Francia del Antiguo Régimen había una figura jurídica que eran las lettres de cachet, es decir, una especie de carta que transmitía la orden del rey o del ministro para encarcelar a alguien en una prisión del estado o en un manicomio. Sin embargo, no se trataba de un subterfugio para eliminar a enemigos políticos, según las leyendas liberales, sino que actuaba de parte de las familias que de esta forma castigaban o trataban a corregir a un miembro de ella que por "libertinaje" o incluso delitos los estaba escandalizando. Más allá de las dudas sobre tal procedimiento, de hecho en el siglo XVIII hay varios intentos para reducir su aplicación e incluso para abolirlas, lo que hay aquí es una versión modernizada y bestial, son mucho peores, de las lettres de cachet. Padres que tratan de enmendar a sus hijos problemáticos enviándolos a "campamentos de castigo".

Dicen que la presente película está basada en hechos reales aunque no sé hasta qué punto, más allá de que realmente a día de hoy siguen existiendo estos correccionales. Ciertamente su existencia es odiosa pero nos habla de una mentalidad profunda que anida en las sociedades liberales. Curiosamente, que yo sepa, sólo se han abierto en países anglosajones de amplia raigambre democrática: Canadá, Australia, Nueva Zelanda... y por supuesto, los Estados Unidos. Sociedades totalmente liberales, que glorifican el individualismo, la meritocracia, la competencia y la lucha por la vida. De este modo, los jóvenes internos lejos de hacer una piña e imponerse a sus captores, entran fácilmente en la paranoia de sus jefes. No sé, a mi me parece que en sociedades más colectivas y empáticas, como las europeo-latinas o las extremo-orientales, estas cosas difícilmente pasarían.

Pero volviendo a la ficción, "Campamento castigo" no deja de ser una película de serie B para televisión, aunque cuente con la presencia de la atractiva Mila Kunis, si bien por entonces estaba lejos de ser una menor de edad que se supone que es el personaje que interpreta. A este grupo de chicos y chicas rebeldes los llevan a las Fidji, que para su desgracia se transforman de unas islas paradisiacas a una prisión. Si hasta se las ve feas. Sin embargo, lo cierto es que la cosa no es tan fiera como la pintan de tal modo que a más de uno el campamento nos puede parecer algo blandito. Tampoco la presencia del novio le da seriedad al asunto. De hecho, no puede disimular que más que thriller es un relato para adolescentes, algo truculento pero esencialmente teen. Por lo demás, no deja de ser entretenida y sirve para denunciar estos sitios aberrantes que aún existen.