Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Sandro Fiorito:
7
Drama Durante los años 30, un bateador de mediana edad, Roy Hobbs, con un pasado oscuro y un gran talento bateando, ficha por un equipo de béisbol que no está en su mejor momento... Adaptacion libre de una novela de Bernard Malamud, una parábola sobre el culto al éxito en la sociedad estadounidense. (FILMAFFINITY)
26 de junio de 2010
28 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los valores más tradicionales de la población norteamericana, representados desde uno de sus deportes de mayor popularidad, el béisbol, en esta película dirigida por Barry Levinson (Sleepers, Rain Man) con guión de Roger Towne y Phil Dusenberry, basándose en la novela de Bernard Malamud. Aupado el personaje principal por un buen Robert Redford, la cinta repasa la ficticia vida de Roy Hobbs, un excelente y muy completo jugador de béisbol (mágico bateando e imparable como pitcher) que, lleno de sueños, busca ver cumplidas su intención de convertirse en el mejor jugador de la historia de este deporte.

Comenzando la trama con el joven Hobbs, que al cumplir 19 años también es interpretado por un Redford de 48 (hecho que descoloca bastante al espectador, al ser imposible asumir el ver a una persona bien entrada en edad y con imborrables arrugas en los ojos, encarnando a un ambicioso joven), la película acompaña la trayectoria de este jugador no profesional desde el punto citado hasta dieciséis años después, ya con la treintena de edad superada y con sus aspiraciones aún intactas pero difíciles de ver cumplidas por el gran obstáculo que le supone entrar como jugador en un equipo de béisbol desde la perspectiva de una promesa y con la edad de retirarse. Finalmente, acaba en los Knights, un equipo mediocre entrenado por Red Blow (Richard Farnsworth), quien no confía para nada en las facultades del jugador, recluyéndolo al banquillo, quedando así Hobbs a la espera de una oportunidad para poder demostrar su valía.

Así, la película busca cumplir un sueño desde los ojos de un personaje pero con toda una población detrás, la norteamericana, secundada por todos aquellos amantes de un béisbol que puede extender sus valores hasta cualquier otro deporte, dejando como metáfora el tópico de la superación y la constancia, sin olvidar jamás que para conseguir llegar a la meta jamás hay que abandonar la pista, a pesar de los tumbos que puedan sucederse durante la carrera que uno persiga. Robert Redford (El golpe) gusta y consigue livianamente emocionar, cegando a su personaje de unas emociones que no le impiden distraerse del deporte de manera incomprensible. Richard Farnsworth (The Straight Story) acierta con la interpretación de un personaje frustrado pero también cargado de objetivos. Se agradece la presencia del siempre grande Robert Duvall (El Padrino, Open Range) como reportero deportivo y destacan las sólidas apariciones de Kim Basinger (L.A. Confidential) y Glenn Close (Atracción fatal), representando, cual demonio y ángel respectivamente, la primera, lujuria, pasión y vida glamourosa, y la segunda recuerdos, estabilidad y emociones limpias.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sandro Fiorito
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow