Sinceramente, creo que esta serie no tiene mucho de comedia. Lo que ocurre es que es un drama disfrazado con humor, lo que la hace digerible para prácticamente todo el publico consumidor de telecomedias, aunque a la hora de la verdad no sea asi porque trata temas complicados de abordar como pueden ser el sexo, la auto destrucción o la soledad. Lo que en más de un episodio lleva a situaciones limite, donde hasta las risas quedan fuera de escena.
Sheryl Fenn, conocida principalmente por la serie Twin Peaks, da vida a Billie, un personaje abocado al abismo, que pasa de la fama a la nada, y cuyos amigos son miembros de un grupo de Alcohólicos Anónimos al cual acude, como es el caso de Dave, interpretado por Jonathan Penner.
Da la casualidad que veía esta serie en las madrugadas de una momento oscuro de mi vida, en la cual empaticé con los personajes, me sentía "en parte" identificado con sus problemas.
Una serie interesante de ver que nos habla de la fragilidad y la fortaleza del ser humano en determinadas circunstancias, de adicciones y recaídas, de personajes perdidos buscando razones para seguir viviendo.