Hay una gran frase en el refranero que dice: otros vendrán que bueno me harán, y viendo el panorama actual y las actuales estrellas de acción como Vin Diesel o The Rock, esa frase se hace totalmente cierta. Puede que Stallone no gesticule en exceso en sus películas (o gesticule en exceso una sola postura), pero sus personajes se adaptaban a esas características, como se confirma en este Juez Dredd, puro entretenimiento, sin pretensiones pseudo-filosóficas y perfecta para pasar el rato, viendo como el bueno se ocupa de arreglarlo todo, con un némesis encarnado por Armand Assante que le da una réplica perfecta (ayudado en su versión española por un doblaje espectacular). Para los que gusten del existencialismo sueco, esta película seguramente sea un subproducto, para los que entendemos que el cine va un paso más allá del teatro, es pura diversión, ni más, ni menos.