Aprovechando el tirón de la saga de Pesadilla en Elm street se estrenó esta pobre variante en clave terrorífica de El fantasma de la ópera que más bien parece una entrega más de la mencionada serie que la adaptación de la famosa novela de Gastón Leroux. Robert Englund encarna al famoso fantasma obsesionado hasta la locura con una cantante de ópera. Coincidió en su estreno con la quinta parte de Pesadilla en Elm street y el público se decantó por ella antes que ésta. Poco después Charles Dance y Burt Lancaster protagonizarían una excelente versión para la televisión dirigida por Tony Richardson que me encantó.

El tema me gusta y por eso me interesó esta propuesta que en su día vi anunciar pero dejé pasar. Aunque se mantenga bastante fiel a la novela original el clímax se desliza peligrosamente hacia el gore sanguinolento aparcando la vertiente romántica de la historia como no podía ser de otra manera teniendo en cuenta quién es el protagonista. En este sentido los efectos de maquillaje están bien logrados. También la banda sonora es hermosa y la ambientación, a pesar del escaso presupuesto, tampoco desentona. Lástima que la calidad de la copia que circula en dvd por el mercado tenga un sonido y una imagen tan horrorosa. Pero aunque la viese en alta definición la película no deja de tener en su conjunto un aire cutrecillo tan propio de la serie b que le perjudica porque le hace parecer obsoleta.