Quienes admiramos a Wong Kar Wai por la conjugación perfecta de sensualidad, belleza, puesta en escena y una historia relevante e interesante que le da soporte, encontramos en esta pretenciosa e insoportable historia, una broma de mal gusto, un capricho megalómano, que sólo tiene la ventaja de durar 7'30.
Vehiculo ínsulso para dar rienda suelta a una fotografía maravillosa, a unos ojos expresivos y sensuales de la protagonista, con una cuidadísima puesta en escena que pasa del videoclip, al anuncio del último perfume o a escenas más cercanas a la pasarela-cibeles, o la de la moda más fashion del momento. Nada tiene sentido y no hay ningún interes por dárselo.Tergiversación absurda, inútil y seguramente muy costosa de lo que supone el cine cortometraje.