El poderío de Pixar se hace notar en cada obra que nos regalan. En esta ocasión, un mago y su conejo nos demuestran todo lo que se puede ofrecer en unos escasos cinco minutos. Y es que en "Presto" no hay descanso: en cada secuencia sucede algo nuevo, y ese dinamismo y la contundencia de lo ofrecido hacen que a este corto haya que valorarlo con una nota alta.

La puesta en escena es soberbia, el espectáculo de un mago que, recién comido, busca a su compañero de función para salir al escenario. Éste, hambriento, sólo quiere comerse una zanahoria. Con esta premisa, lo que a continuación sucede es digno de ver.

Admirable y entretenido, gracioso y dinámico. Una delicia. Como la zanahoria. O no.