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Voto de Gabby:
10
5,6
5.552
Romance. Comedia. Fantástico
Extravagante historia de amor entre una chica rica y su torpe secuestrador: dos seres destinados a no entenderse, pero que tienen que compartir las más absurdas situaciones. Son perseguidos por dos ángeles que tienen que cumplir una extraña misión: conseguir que se enamoren para demostrar que existe el amor verdadero. (FILMAFFINITY)
27 de julio de 2008
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pareciera ser que después del tremendo éxito que generó la soberbia adaptación cinematográfica de la novela "Trainspotting" (la cual declaro, desde mi punto de vista, una de las mejores películas de los años noventas), tanto el aclamado director Danny Boyle como su siempre confiable guionista John Hodge perderían todo indicio de innovación en sus posteriores películas.
Pero con "Vidas sin Reglas" ambos demuestran que esa suposición no es ni marginalmente acertada, ya que al parecer su genialidad funciona a diferentes niveles; como fantasía romántica salpicada con un poco de humor negro y acción, y excelente muestrario de la envidiable calidad del cine de Boyle.
Siguiendo la misma bizarra narrativa que rigieran otras pioneras del género, "Vidas sin Reglas" sigue una serie de acontecimientos tanto románticos como sórdidos. Después de tomar torpemente secuestrada a la mimada hija de su viseral jefe (Ian Holm), Celine (Cameron Díaz), el mediocre y perdedor Robert (Ewan McGregor), termina por enamorarse de su rehén, mientras ella, por su parte, sufre de lo que comúnmente se conoce como el "síndrome de Estocolmo" (dísese un estado psicológico en el que la víctima de secuestro, o persona detenida contra su propia voluntad, desarrolla una relación de complicidad con su secuestrador… en ocasiones, los prisioneros pueden acabar ayudando a los captores a alcanzar sus fines o evadir a la policía). Por otro lado, cuando una pareja de ineptos ángeles cupidos (excelentemente interpretados por Delroy Lindo y Holly Hunter) se ven amenazados por su nula capacidad de relacionar parejas, se encontrarán en el camino a Robert y Celine, a quienes buscarán enamorar… a costa de lo que sea.
A pesar de lo trillado del argumento, el guión es capaz de producir increíbles dosis de acción, humor negro y suspenso, acompañados de una subversiva observación a la eterna batalla de los sexos. Y por si fuera poco, el romance entre los protagonistas es capaz de sentirse realmente honesto, entrañable incluso, evitando caer en la cansada melosidad.
Pero no por eso esperen actuaciones convincentes, sino meramente exageradas. Tal vez la única que toma su trabajo más o menos en serio es la siempre interesante actriz Cameron Díaz, quien por extraño que parezca, su prudente y manipuladora personalidad nunca se siente fuera de lugar al compararse con sus bizarros semejantes. Ewan McGregor (junto con su acento escocés) es prácticamente perfecto en su papel protagónico, como blanco de casi todas las gracejadas que retrata vilmente la película. Su simpática neurosis es prácticamente el sello que define el éxito de "Vidas sin Reglas". Ojalá pronto se reconcilie con el director para así seguir realizando juntos obras tan originales como ésta.
Pero con "Vidas sin Reglas" ambos demuestran que esa suposición no es ni marginalmente acertada, ya que al parecer su genialidad funciona a diferentes niveles; como fantasía romántica salpicada con un poco de humor negro y acción, y excelente muestrario de la envidiable calidad del cine de Boyle.
Siguiendo la misma bizarra narrativa que rigieran otras pioneras del género, "Vidas sin Reglas" sigue una serie de acontecimientos tanto románticos como sórdidos. Después de tomar torpemente secuestrada a la mimada hija de su viseral jefe (Ian Holm), Celine (Cameron Díaz), el mediocre y perdedor Robert (Ewan McGregor), termina por enamorarse de su rehén, mientras ella, por su parte, sufre de lo que comúnmente se conoce como el "síndrome de Estocolmo" (dísese un estado psicológico en el que la víctima de secuestro, o persona detenida contra su propia voluntad, desarrolla una relación de complicidad con su secuestrador… en ocasiones, los prisioneros pueden acabar ayudando a los captores a alcanzar sus fines o evadir a la policía). Por otro lado, cuando una pareja de ineptos ángeles cupidos (excelentemente interpretados por Delroy Lindo y Holly Hunter) se ven amenazados por su nula capacidad de relacionar parejas, se encontrarán en el camino a Robert y Celine, a quienes buscarán enamorar… a costa de lo que sea.
A pesar de lo trillado del argumento, el guión es capaz de producir increíbles dosis de acción, humor negro y suspenso, acompañados de una subversiva observación a la eterna batalla de los sexos. Y por si fuera poco, el romance entre los protagonistas es capaz de sentirse realmente honesto, entrañable incluso, evitando caer en la cansada melosidad.
Pero no por eso esperen actuaciones convincentes, sino meramente exageradas. Tal vez la única que toma su trabajo más o menos en serio es la siempre interesante actriz Cameron Díaz, quien por extraño que parezca, su prudente y manipuladora personalidad nunca se siente fuera de lugar al compararse con sus bizarros semejantes. Ewan McGregor (junto con su acento escocés) es prácticamente perfecto en su papel protagónico, como blanco de casi todas las gracejadas que retrata vilmente la película. Su simpática neurosis es prácticamente el sello que define el éxito de "Vidas sin Reglas". Ojalá pronto se reconcilie con el director para así seguir realizando juntos obras tan originales como ésta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El elenco secundario, igualmente sobresaliente, incluye humorísticas y muy precisas interpretaciones por parte de Holly Hunter y Delroy Lindo como los bizarros ángeles. El genial Ian Holm muestra una exhuberancia irresistible, muy alejada del serio papel que interpretara en la tan aclamada cinta canadiense "The Sweet Hereafter", pero igual de comprometido y creíble.
Ahora, hablando en el plano técnico, la película por sí misma es extraordinaria. La dirección de Danny Boyle es nuevamente acertada. En esta ocasión, alejándose un poco del estilo "underground" que mostró tan fascinantemente en la citada "Trainspotting" y "Shalow Grave", Boyle decide incorporar una fotografía mucho más colorida y accesible. Algo que comparte "Vidas sin Reglas" con sus anteriores propuestas, además de ese inherente fetichismo hacia obscenas cantidades de dinero, es la omnipresente partitura electrónica (cortesía de grupos como R.E.M., Underworld, Ash y Junster), agregando aún más energía a sus vistosas (y grotescas) secuencias de acción y violencia.
Particular atención a la excelente animación que se da en los créditos finales.
Quizás para muchos "Vidas sin Reglas" será la antitesis de "Trainspotting", incapaz de superarla como la mejor película de este impecable autor. Pero creo que, aunque en múltiples aspectos esto podría ser cierto, el grado de entretenimiento al mezclar romance con lascivo humor es tan grande (principalmente por parte de los carismáticos actores) que casi valdría la pena apreciarla tan sólo por ese brillante logro. Y claro, también como excelente muestra de la poderosa innovación que posee su habilidoso director.
Ahora, hablando en el plano técnico, la película por sí misma es extraordinaria. La dirección de Danny Boyle es nuevamente acertada. En esta ocasión, alejándose un poco del estilo "underground" que mostró tan fascinantemente en la citada "Trainspotting" y "Shalow Grave", Boyle decide incorporar una fotografía mucho más colorida y accesible. Algo que comparte "Vidas sin Reglas" con sus anteriores propuestas, además de ese inherente fetichismo hacia obscenas cantidades de dinero, es la omnipresente partitura electrónica (cortesía de grupos como R.E.M., Underworld, Ash y Junster), agregando aún más energía a sus vistosas (y grotescas) secuencias de acción y violencia.
Particular atención a la excelente animación que se da en los créditos finales.
Quizás para muchos "Vidas sin Reglas" será la antitesis de "Trainspotting", incapaz de superarla como la mejor película de este impecable autor. Pero creo que, aunque en múltiples aspectos esto podría ser cierto, el grado de entretenimiento al mezclar romance con lascivo humor es tan grande (principalmente por parte de los carismáticos actores) que casi valdría la pena apreciarla tan sólo por ese brillante logro. Y claro, también como excelente muestra de la poderosa innovación que posee su habilidoso director.