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Polonia Polonia · Terrassa
Voto de Taylor:
8
Intriga. Drama. Cine negro Manny es un músico de jazz que vive apaciblemente en Nueva York con su esposa Rose y sus dos hijos pequeños. En una aseguradora, una empleada lo confunde con un ladrón que había robado allí unos días antes y lo denuncia a la policía. Comienza entonces para él una angustiosa pesadilla: es detenido y acusado de una serie de hurtos perpetrados en el barrio. Lo terrible es que todos los testigos y las pruebas caligráficas corroboran su ... [+]
2 de octubre de 2010
69 de 73 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es el Hitchcock que me gusta. Y no lo es porque, en esta ocasión, el mago del suspense no maneja los hilos de ninguna historia inverosímil (“Vértigo”), macabra (“Psicosis”), surrealista (“Con la muerte en los talones”) o fantástica (“Los pájaros”). En esta ocasión, Hitchcock apuesta por manejar los hilos de una historia real. Dolorosa y asquerosamente real. Y eso conlleva que, como espectadores, nos veamos obligados a contemplar el lento y parsimonioso tránsito de su perversidad habitual. Un tránsito que discurre del celuloide hasta nuestras propias entrañas. Y eso no se traduce en congoja, ni en tensión, ni en miedo. Ni tan siquiera en suspense. Eso se traduce en impotencia, en amargura, en desesperación. Porque esto no es una pesadilla, señores. Es peor. Mil veces peor. Sobre todo si el que personifica todo este sufrimiento es Henry Fonda. Nuestro alter ego. Un hombre, un actor, absolutamente creíble. Recto, honrado, íntegro. Un actor que no necesita interpretar a Christopher Emmanuel Balestrero porque él mismo es Christopher Emmanuel Balestrero. El hombre por quien padecemos. El hombre que tenemos frente al espejo cada vez que las cosas nos van mal. No, definitivamente no es el Hitchcock que me gusta. Pero qué bueno es el muy cabrón.
Taylor
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