Un escritorzuelo de series televisivas (¡ya entonces!), palurdo y estúpido, se prenda de una rubia con cara de tragasables, protegida por un abogado de maneras corteses pero mirada acerada. Cuando descubra la verdad sobre su amada, será demasiado tarde... Basada en una novela del gran Richard Matheson que desconozco, no creo que fuera Georges Lautner el director más adecuado para una historia tan seria. Lautner se movía con mucha más soltura en el terreno de la comedia y la farsa, incluso en sus polars humorísticos con Lino Ventura. El guión es deslavazado, por decir algo, y la cámara se muestra demasiado estática. La historia no está bien narrada, y cuando intenta insinuar la verdadera naturaleza de la protagonista fracasa en su empeño. El capítulo interpretativo también se las trae: Brasseur está patético, Delon grotesco, y Darc... Bien, Darc y su sonrisa de Mona Lisa. Pobrecita, hace lo que puede. Aviso para navegantes: se despelota al final, en una escena horriblemente fallida, no diré más. Lo único destacable es la música del siempre excelente Philippe Sarde. Hay mejores trabajos de la entonces pareja feliz Delon/Darc, como Jeff o Muerte de un corrupto, del propio Lautner. Para completistas y curiosos.