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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
3
Terror. Thriller. Intriga Una joven es asesinada y su cadáver ocultado en un baúl que acaba en un residencia de mujeres. Al poco empiezan a desaparecer algunas jóvenes e interviene la policía. A la llegada de la policía se encuentran con que la lista de sospechosos es muy larga y con que siguen apareciendo estudiantes muertas, por lo que algunas chicas deciden investigar por su cuenta. (FILMAFFINITY)
1 de febrero de 2015
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El abominable Antonio Margheriti fabricaba bodrios con una eficacia a prueba de bomba. 57 películas despachó a lo largo de su dilatada carrera, en la que manoseó todos los géneros sin el menor rubor si compasión. Como decimos ahora, Antonio se apuntaba a un bombardeo. En Crimen en la residencia (Nude si muore en su título original, que ya proclama a voz en grito sus intenciones) tenemos... una residencia, naturalmente, de hermosas señoritas, cómo no, entre las que deambula un sádico dispuesto a no dejar títere con cabeza. O sea, las chicas empiezan a morir, con más o menos ropa interior. Que nadie se haga ilusiones: salvo una escena que fue cortada, y que podéis ver en los extras, las muchachas no enseñan nada que valga la pena reseñar. O sea que lo de "nude" es una engañifa. ¿Dónde estaba? Ah. sí, Crimen en la residencia. Crímenes, para ser más preciso, que van acabando con algunas de las chicas más tontas del planeta Tierra. Hay que oírlas para creerlo. En este que se descuelga Michael Rennie, nuestro entrañable Klaatu, en plan detective de policía dispuesto a resolver el caso. Pobre hombre, qué diálogos ha de recitar. Lo que se suponía un giallo np lo es, una vez más, sino un tontorrón plan para hacerse con... No, no lo diré. Allá vosotros si queréis saber el intríngulis de este (encima) aburrido disparate. La infausta música de Carlo Savina, las espantosas interpretaciones en general, con especial mención a, como siempre, Mark Damon, y Eleonora Brown (sí, la hija de la Loren en Dos mujeres), la desganada dirección de Margheriti, todo, en fin, invita a alejarse del film a toda prisa y dejar pasar la ocasión. Pero siempre hay un idiota que se queda. Y luego os lo cuenta.
Eduardo
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