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España España · Barcelona
Voto de Eduardo:
4
Comedia. Romance Alfredo, un tímido joven italiano, suspira por la excitante y coqueta Maria Rosa. Inesperadamente, ella toma la iniciativa y decide casarse con él. Pero la pasión inicial desaparece rápidamente, y el desencanto y el odio se apoderan de ambos, de modo que deciden divorciarse; pero entonces comienza un largo peregrinar por los juzgados que da lugar a cómicas situaciones. (FILMAFFINITY)
9 de junio de 2014
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pietro Germi fue un director que empezó enrolado en las huestes del neorrealismo, con obras que impresionaron mucho en su momento, como El ferroviario, El hombre de paja y Un maldito embrollo. Después, se fue decantando hacia un cine más comercial, centrado en la comedia cáustica, y alcanzó su cénit con Divorcio a la italiana y Seducida y abandonada. A partir de ahí, llegó la consabida decadencia, y su carrera como director finalizó tristemente con ésta que nos ocupa, El divorcio es cosa de tres, con un Dustin Hoffman desorientado, empeñado en convertirse en el doble de Al Pacino en El padrino. Parece ser que sus ínfulas de gran estrella causaron más de un problema a Germi, pero nada puede excusar la poca calidad del libreto, pese a contar en el reparto con su actriz fetiche, la inconmensurable, la divina, la hipersensual Stefania Sandrelli, que se contagia de la sosería general de la película. Lamentablemente, nos encontramos ante otro canto de cisne malogrado de un buen director, un caso que se repite con frecuencia en la historia del Cine.
Eduardo
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