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España España · Madrid
Voto de Charles:
5
Terror. Thriller Basada en la historia de la mansión Winchester, situada en California, a 50 millas de San Francisco. Este edificio victoriano fue construido por la heredera del creador de los rifles Winchester, Sarah Winchester (Helen Mirren), y su convicción de que los fantasmas la acosaban le llevó a construir más de 160 habitaciones, con escaleras que no llevaban a ninguna parte y puertas que al abrirse descubrían un muro... Todo con la intención de ... [+]
2 de marzo de 2018
24 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tener a Helen Mirren protagonizando tu película no es cualquier cosa.
Que una gran dama del cine británico protagonice tu clasicota película de terror, que en otras circunstancias no pasaría de curiosidad, no se ve todos los días.
Y, si además dicha película trata la interesantísima historia de la viuda Winchester, todas las mejores piezas están dispuestas en el tablero, para una partida que promete.

Incomprensiblemente (o quizás no tanto), ‘Winchester: La Casa que construyeron los Espíritus’ se ahoga en sus rellenos y apenas deja libre su verdadero potencial.
La historia podría haber sido interesantísima, y así se puede ver en sus primeros compases: la de una mujer en velo perpetuo errando por la casa, más muerta ya en vida que aquellos a quienes custodia; el perturbador relato de una casa que, como una gigantesca mente, encierra todos los que llegan a ella y los ata en su propia realidad… pero, pasando de todo eso, elige ser una de posesiones y pasados traumáticos.
Ya está. Sin más.
Una inquietante historia real reducida al mínimo, parece simplemente porque “el sitio mola”.

Deja de molar tanto cuando apenas se aprovecha la arquitectura de escaleras que no suben y puertas que dan al vacío, cuando se alarga un misterio que necesita sustitos chapuceros de vez en cuando para mantenerse vivo y cuando se consumen los minutos entre charlitas a la hora del té y cenas donde lo más inquietante es el gepeto de los mayordomos.
“Ya basta de estos trucos de salón” le menciona la señora Winchester al doctor Price encargado de su evaluación psicológica, y lo mismo se le podría decir a la historia, tan distraída en hacer saltar cosas a la pantalla que se olvida de que sus personajes nos importan un carajo.
¿No habría sido más interesante dudar de verdad sobre la mente de Sarah Winchester? ¿Tan poco presupuesto había como para no recrear pasillos o habitaciones que hicieran perder la poca cordura que le queda a Eric Price?
(En la verdadera mansión Winchester necesitas un guía para no perderte o morir… ¿en serio él es capaz de salir a la entrada o encontrar el salón de la cena sin ayuda?)

Había algo latiendo en esta casa de obras perpetuas, inquietudes que se aprecian en su imponente tamaño y extensión, pesadillas que no se han querido sacar y se han quedado encerradas tras puertas con trece clavos.
Por supuesto, la grande Mirren es incapaz de dejar un papel a la deriva y, a un nivel básico, el relato gótico de culpas reprimidas o autoconstruidas entre el doctor y la señora Winchester respectivamente funciona, sólo porque sus actores lo defienden con más ganas que como está escrito.

Pero es una pena que, antes que una historia, los productores hayan buscado “lugares sobrenaturales del mundo” y una actriz confiable, adaptándolo a lo que el público creen que quiere.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Charles
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