No me extraña que sea checoslovaca, creo que "At Zije Republika" es una buena muestra de la explosión cultural que se produjo en la década de los sesenta y principios de los setenta en el extinto país europeo. Recoge en mi opinión lo mejor del movimiento que bajo la bandera de la libertad y en cuanto a cine, que es lo que nos interesa, supuso la Nueva Ola Checoslovaca. Libertad para expresarse, libertad para experimentar y libertad para reinterpretar su Historia.

Para mí, imprescindible para todo cinéfilo, "At Zije Republika" es una maravilla. A través de los ojos de un chaval de Moravia somos testigos de la retirada alemana y la consecuente invasión soviética al final de la IIªGM. Tal vez lo más importante es el no partidismo, la no estigmatización de unos o de otros, aquí no hay malos ni buenos: lo que importa es la vida del chaval que tiene que enfrentarse con más frentes, a saber, su padre y los otros niños del pueblo.

Si es tan buena es porque es fácil encariñarse con el personaje que interpreta genialmente el niño actor, pero además se trata de cómo y qué nos cuentan. Ante el acoso cruel de esos niños hay una reacción en forma de enfrentamiento, ese chaval se tira para adelante aunque sean seis sus adversarios. ¿Y ese padre que no lo quisiera yo ni para mi peor enemigo? La vida es dura con independencia de la guerra, y el poco afecto que encuentra, el de su madre y un vecino que cría perros, es tan volátil que es normal que nos sumemos y nos impliquemos nosotros como espectadores.

Mención aparte merecen esos flashbacks y las escenas oníricas intercaladas en la historia, unas imágenes que complementan la descripción de la vida de nuestro protagonista y de la sociedad que le rodea, su familia y su corta vida. Una maravilla poder disfrutar de un puzzle tan bien compuesto. Enhorabuena al que llegó aquí, seguramente una minoría dentro de otra minoría, una gozada para todo cinéfilo.

Siempre que veo una película de tanta calidad, nacida en Checoslovaquia en esta época, me pregunto qué coincidencias tuvieron que darse para que se hiciera tan buen cine. O no, da igual preguntarse la razón, dejar de entenderlo todo y disfrutar de lo que nos dejaron estos checoslovacos.