Va a parecer increíble afirmar que llegué aquí con la idea de ver a Vincent Price, sin saber dónde me metía, ignorando que esta película no va de los pioneros que todos conocemos y que buscan una mejor vida mirando al oeste, buscando aventuras y con la idea sana de ofrecer entretenimiento al espectador. "El hombre de la frontera" es una película religiosa, en concreto es una película que subraya los inicios de la llamada Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, más conocidos como mormones, a los que les gustaba reproducirse como conejos, desde su marcha del este de los USA hasta que por revelación divina se asientan, no sin antes pasarlo realmente mal, en el actual estado de Utah, lo que se llamaba Lago Salado y que pertenecía a México antes de ser usurpado por los de siempre.

Y llegué aquí por Vincent Price, que es el primer mormón en la peli, nada menos que Joseph Smith. Pero se lo cargan en seguida, así que mi gozo en un pozo. Todo lo demás es un rollo para flipar en colores, con un montón de peña que sigue al nuevo líder, ese tal Brigham Jones, que parece un hippie cuando habla si no fuera porque no le mola ni el tabaco ni nada que pueda pervertir el alma.

Alabado sea Jesucristo señores mormones, que se saben de memoria un puto libro y no les hace falta nada más, tener muchas mujeres, muchos hijos, rezar y bla bla bla...