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Drama
Frankie Machine, un hombre con talento musical, sale de la cárcel y, además, consigue dejar la heroína. Su principal problema será encontrar un medio de vida honrado y evitar las drogas y el juego. (FILMAFFINITY)
20 de febrero de 2008
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El miedo que da Darren McGavin persiguiendo a su víctima con una de las sonrisas más maliciosas de la historia del cine.
El agobio que provoca Eleanor Parker desde su aparente debilidad.
La inmensa generosidad de la chica más exuberante del barrio, la más deseada del orbe y la urbe, grandiosa Kim mil veces Novak.
El flacucho gigante Frankie no canta, apenas puede con su alma y con sus pobres huesos: lo intenta, va y viene, en una interpretación admirable que demuestra el talento sin límites que tenía, hasta su escena más difícil donde riza el rizo cuando ya no se esperaba más nada.
La mejor de Preminger, la mejor de Sinatra, de McGavin, quien se haría popular con la serie del detective Mike Hammer.
Es una obra maestra con todos sus inevitables excesos, banda sonora impresionante incluida: uno de los mayores alegatos contra los estragos que produce la adicción a la droga, nada menos que ¡en 1955! cuando aún parecía tan lejos de la buena gente...
El agobio que provoca Eleanor Parker desde su aparente debilidad.
La inmensa generosidad de la chica más exuberante del barrio, la más deseada del orbe y la urbe, grandiosa Kim mil veces Novak.
El flacucho gigante Frankie no canta, apenas puede con su alma y con sus pobres huesos: lo intenta, va y viene, en una interpretación admirable que demuestra el talento sin límites que tenía, hasta su escena más difícil donde riza el rizo cuando ya no se esperaba más nada.
La mejor de Preminger, la mejor de Sinatra, de McGavin, quien se haría popular con la serie del detective Mike Hammer.
Es una obra maestra con todos sus inevitables excesos, banda sonora impresionante incluida: uno de los mayores alegatos contra los estragos que produce la adicción a la droga, nada menos que ¡en 1955! cuando aún parecía tan lejos de la buena gente...