La película con la que descubrimos a los hermanos Gyllenhaal es una rareza peculiar que merece ser analizada con detalle.
Aparte de las vueltas que queramos darle al extraño argumento, el director sabe dotarla de un aura misteriosa especial, de manera que es difícil no quedar atrapado hasta el final con sus imágenes.
Otra cosa distinta es entender qué demonios nos están contando. ¿Son las escenas más estrafalarias ensoñaciones de Donnie, o todo tiene un sentido difícil de encontrar?
Desde luego, Jake Gyllenhaal borda su papel de joven extraño, asocial y rebelde, de eso no cabe duda.
El film tiene también varios mensajes de crítica social al hipócrita sistema y a la superficialidad de las masas, donde muchos viven sus vidas anodinas sin hacerse preguntas.
Todo eso está realmente bien, pero muchos pueden odiar la película por las rayadas del conejo y las secuencias que aparentemente no aportan nada.
El propio Donnie es un enigma en sí mismo, con su forma de ser.
Es una de esas películas que no gustan a todo el mundo, pero que si le pillas el punto puede llegar a ser muy interesante aunque solo sea por tratar de entenderla por completo.
Y si no, siempre se puede disfrutar de sus locos diálogos, como el de los pitufos.
Sin lugar a dudas, es una película de culto por derecho propio.