Crítica escrita tras ver la primera temporada completa.
El mundo de los superhéroes no tiene fin ni agotamiento, al parecer, y aquí nos traen otro nuevo punto de vista de lo mismo de siempre, en esta ocasión dentro del “universo” de los “X-Men”. De hecho, el mismo Bryan Singer, habitual de la franquicia, está también detrás del proyecto.
El episodio piloto es bueno, y lo suficientemente atractivo para seguir viéndola, pero los sucesivos capítulos mantienen el buen ritmo y no tiran por el camino fácil. Temía que se decantaran por el ambiente de instituto (para eso ya tenemos otras) o por el empalagoso rollo familiar, pero aunque algo hay de eso, la serie ofrece más.
No lograría situarla en la cronología de “X-Men”. Al principio pensé que quizás estábamos situados en la segunda película, pero no puede ser ahí. Lo malo de la saga, es que con tanto cambio en el tiempo y mezcla de generaciones, ya no hay quien recomponga sus acontecimientos ni se pueden aclarar sus incoherencias y paradojas. Creo que será mejor intentar verla sin buscarle las vueltas ni las relaciones, aunque después de terminar la primera temporada yo apostaría a que podemos situarla antes de “Logan”.
Tampoco salen los personajes habituales. Tan solo puedo reconocer a la de los portales de “Días del futuro pasado”. Por ahora no hay grandes referencias, ni siquiera a Charles Xavier o los mutantes que ya conocíamos. Y el apellido de la familia protagonista se presta a confusión con el científico malo que creó a Lobezno tal y como lo conocemos.
En el fondo, es un thriller de fugitivos perseguidos por una organización poderosa, con la particularidad de que algunos personajes tienen poderes. También toca el tema de la incomprensión social, una de las claves de la saga. Aquí los héroes lo pasan bastante mal por ser unos proscritos marginados y odiados. Incluso hay una cárcel de mutantes, como creo recordar que salía en la primera serie de animación de este universo. Desarrolla conflictos muy humanos entre el grupo de rebeldes, en guerra con los no mutantes, habiendo buenos y malos en ambos bandos. Es lo bueno de “X-Men”, que no solo son fantasías de superhéroes sino que también exploran el alma humana.
La serie ni es procedimental ni se centra en un único personaje mutante en cada uno de los episodios, lo cual me gusta y es de agradecer.
Está bastante mejor que “Runaways”, otro de los estrenos televisivos “Marvel” más recientes. “The gifted” es el mismo perro con distinto collar, pero con un enfoque que la hace interesante de seguir.
Desde luego no es tan espectacular como las películas de cine, pero en realidad va de otro palo. Se centra más en el desarrollo de personajes muy humanos que no parecen disfrutar por tener poderes, y que no se divierten demasiado siendo perseguidos. Aun así, los capítulos tienen suficiente acción que está muy lograda, para ser una producción televisiva de estas características.