Una película basada en hechos reales que acaba siendo un quiero y no puedo, en parte por un guión flojísimo que sale embarullado desde el principio y que tiene un final igual de caótico.
El que parecía prometedor director Dito Montiel (Memorias de Queens) recoge este guión soso y saca una película convencional llena de clichés del género y con cierto tufillo a cinta para lanzarla directamente en DVD. Con estos mimbres, busca paliar las debilidades del guión dotando a la trama de cierto drama en torno a las familias griegas que protagonizan la película. Lo más logrado de esta película es la ambientación. Con una recreación acertada del Nueva York de los años 80 bastante fiel y dándonos a conocer el barrio griego (algo pocas veces visto en cine) de dicha ciudad. También nos muestra que incluso entre los helenos hay su propia mafia y sus típicos capos mandamases del gueto. Al menos, Montiel nos muestra cierto conocimiento de causa histórico-folklórico con respeto.
En tanto al plantel interpretativo, hallamos ciertas irregularidades: Liam Hemsworth (Independence Day: Contraataque) nos demuestra que aún está lejos de su hermano, aunque aquí no desentona mucho. Michael Angarano (This Is Us - Serie TV) recrea un personaje odioso y odioso cae, entregando un papel histriónico y mal hallado. Dwayne Johnson (Jumanji: Siguiente Nivel) aparece poco pero crea un personaje solvente. La sobrina de Julia Roberts, Emma Roberts (Somos los Miller), tiene poca presencia en un papel que quizás si no hubiera estado dicho personaje tampoco hubiera pasado nada.
Por lo general, la película depende muy mucho de la aparición de Dwayne Johnson para atraer algo más de público: de ahí que en el cartel salga en primera plana a pesar de que es un actor secundario. Tampoco es muy agraciado el título de la película en España: el atraco tiene poco que ver con ningún furgón, aunque este sea un vehículo donde empieza trabajando el personaje de Liam Hemsworth. Simplemente, es el enlace para llegar al punto final de la cinta. El final es incomprensible, porque va dando bandazos sin ton ni son y algunas historias secundarias chirrían como una puerta con los goznes oxidados de siglos. Un poquito de grasa no le vendría mal para hacer de esta película algo más ligero y fácil de digerir.