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España España · Madrid
Voto de Naran:
8
Drama Tras la muerte de su madre, Anthony, un niño de nueve años, se muestra siempre pragmático, mientras que su hermano pequeño Damian, dos años menor que él, recurre a la imaginación, a la fantasía y a la fe para que su confuso mundo adquiera sentido. Una bolsa llena de billetes, caída del cielo, va a parar a los pies de Damian. Gracias a ella, los niños vivirán una aventura que quedará grabada de forma imperecedera en su memoria, pues les ... [+]
27 de abril de 2008
20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empezando de nuevo tras la muerte de su madre, Anthony, de nueve años de edad, se muestra siempre pragmático, mientras que su hermano pequeño Damian, dos años menor que él, emplea la imaginación, la fantasía y la fe para que su confuso mundo tenga un sentido. Una bolsa llena de billetes cae de los cielos a pies de Damian y lleva a los niños a una aventura imperecedera que les hace darse cuenta de que el verdadero valor de las cosas no tiene nada que ver con el dinero.
Una peli con mensaje. Desde el título, desde el cartel, desde la sinopsis... Danny Boyle se sale totalmente de sus registros -aunque tampoco es que suela seguir un estilo concreto- y nos sale con una película fabulescamente moral, bonita e infantil. O mejor dicho, para ver con ojos y espíritu de niño, como los inmensa mirada del protagonista. Y por eso no gustará a todos, pero a mi me ha encantado.
El argumento no puede ser más peregrino: un niño huérfano de madre, con padre amable pero que trabaja mucho y un hermano más listo que el hambre, que se acaba de mudar, juega solo y se sabe de memoria la vida de los santos... de hecho hasta charla con ellos. Y un día, el milagro sucede. Una bolsa repleta de billetes como regalo del cielo. Como Un millón en la basura. Y es que al prota no se le ocurre otra cosa que repartir el botín entre los pobres. Tiene fe. Su hermano en cambio, un tiburón de las finanzas, tiene los pies en la tierra. Esto va a traer cola...
Me gusta que Boyle pase de los convencionalismos y se meta en extravagancias. Todo el principio con la mudanza, santa ¿Bárbara, Águeda?, la ambigua presencia de la madre, las almohadas... La película está bien contada, sin que sepamos muy bien en qué género estamos metidos. Hay un poco de todo: comedia, fantasía, drama, suspense... También hay espacio para la paranoia y el surrealismo, combinados con unos efectos visuales estupendos -y la canción final- que nos hacen sonreír.
Efectivamente, el protagonista infantil es de lo mejorcito que se ha hecho desde El sexto sentido. Tanto de guión como de interpretación. Recordad la escena de los teléfonos. Los dos hermanos se compran dos móviles de última generación, videollamada incluida. Están a pocos metros y el pequeño dice "te veo muy borroso en el teléfono". Es que eso es sabiduría y cariño. O la escena de San Pedro y su explicación del milagro de los panes y los peces. Desternillante.
Boyle nos cuenta otra vez lo de siempre, nos habla de los eternos dilemas morales y la manera en que se puede reaccionar a ellos. La vida es una continua elección. Que lo de la madre esté muy sobado... pues a mí se me cayó la lagrimilla, no pude evitarlo. Que el final parezca un anuncio publicitario... a mí me puso una sonrisa en la cara. Como Damian, Millones es encantadora, si sabes verla con los ojos adecuados.
Naran
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