El estreno de 'The Twilight Zone' era algo esperado por muchos, y más aún después de que se anunciase que Jordan Peele sería el anfitrión de ésta. Ahora que el género de terror/fantástico está en auge (recordemos la repercusión que están teniendo películas como 'Suspiria', 'Mandy', 'Hereditary', 'Get Out', 'Us'...) creo que no había un momento mejor para esta nueva versión. Tras ver el primer episodio, se puede decir que ha empezado correctamente.

En 'The Comedian' nos encontraremos la historia de un cómico sin gracia que hace lo impensable para conseguir todo lo que quiere. Una historia a medio camino entre 'Death Note' y el cómic 'La Broma Asesina' de Alan Moore. El mayor punto a favor de este capítulo es un guion con gancho y con una premisa que siempre resulta interesante, por mucho que se nos haya contado otras veces. Tiene cierto punto cómico y autoparódico (especialmente en las apariciones de un genial Tracy Morgan) que funciona y resulta inesperado. El protagonista, Kumail Nanijani, también hace méritos para ser uno de los aspectos a destacar con una buena interpretación, aguantando casi todo el peso del episodio.

En el aspecto visual y sonoro, la serie consigue crear un estilo que parece que se seguirá en el resto de la serie. La fotografía, la dirección y la banda sonora cumplen. Nunca llegará a tener la personalidad que tenía la serie original, que a día de hoy sigue siendo un portento en ese sentido. Pero al menos se han molestado en darle forma, en darle algo de carisma.

Lo peor de este episodio es que no sorprende, lo cual es raro viniendo de 'The Twilight Zone', y la duración es exagerada. Este guion no necesitaba casi una hora para contarnos esta historia. Hay situaciones reiterativas que no son necesarias, ni para el desarrollo de la historia ni para el de los personajes.

No entusiasma, pero si deja buen sabor de boca. El final, con esa reflexión de Jordan Peele, es genial. Al menos yo, estoy totalmente dentro de 'The Twilight Zone'.