Dirigida por el australiano Robert Luketic ("Una rubia muy legal"), fue rodada en Los Ángeles, San Marino y en los estudios californianos de Culver City, con un presupuesto de 60 millones de dólares. Supuso el regreso a los platós, tras quince años de ausencia, de Jane Fonda ("Klute", "El regreso").

Cuenta la historia de Charlotte/Charlie Cantalini, una muchacha soñadora, que trabaja en la atención telefónica de la consulta de un médico afamado. Es, además, entrenadora deportiva de un grupo de jóvenes, dirige un coro juvenil, cuida perros por cuenta ajena y ayuda a unos amigos en los trabajos de un catering de servicio a domicilio. Tras buscar durante varios años al chico ideal con el que establecer realciones estables, lo encuentra casualmente y de improviso mientras trabaja como camarera en un servicio de catering en la fiesta organizada por un joven rico, Kevin Fields (Michael Vartan). Después de varios encuentros casuales, le lleva a su casa para curarle las heridas que le ha causado uno de los perros a su cargo. Paralelamente, la madre de Kevin, Viola Fields (Jane Fonda) es despedida del trabajo de toda la vida y sufre un trauma por el que ha de ser internada en un centro frenopático. Al salir con el alta médica, Kevin le presenta a su novia. El temor que le produce la posible pérdida del hijo la lleva, por celos, a concebir un plan para provocar, con la ayuda de su asistenta Ruby (Wanda Sykes), la ruptura de la pareja. El propósito de la obra es entretener al público, hacerle reir y complacerle con dulces escenas románticas. La historia es simple, no contiene elementos que susciten inquietud o preocupación, exhibe ambientes lujosos y confortables y proporciona una cantidad generosa de incidencias almibaradas. La confrontación entre suegra y nuera aporta el marco en el que se producen situaciones cómicas, de humor plano, fácil y exento de crítica. No es divertido ni edificante que, en varias ocasiones, se recurra a la orientación sexual de algunos personajes para ridiculizarlos con propósitos humorísticos.

La banda musical recoge melodías sencillas y de composición ligera. La fotografía se ajusta a los cánones habituales de corrección de las producciones americanas dirigidas al gran público. El guión es de Anya Kochoff, con el que debuta en el cine. Lo construyó a partir de relatos verbales de amigos y conocidos y lo escribió en 40 días. La interpretación de Jane Fonda combina momentos de cierta brillantez con otros en los que se pierde en la mediocridad de la obra. Jennifer Lopez luce su espléndido y generoso atractivo personal, asociado a unas limitadas dotes interpretativas. La dirección consigue sacar adelante un producto divertido, de fácil comprensión e intrascendente.

La película obtuvo un éxito relevante en EEUU y en Europa ha sido bien acogida por el público que desea consumir cine superficial, fácil, meloso y de comicidad no comprometida.