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Voto de Miquel:
7
6,4
630
Western
Poco después de la Guerra de Secesión norteamericana (1861-1865), Steve Sinclair (Robert Taylor), un antiguo pistolero reformado, se dedica a criar ganado en su rancho y lleva una vida pacífica. Su única preocupación es Tony (John Cassavetes), su hermano menor, un joven desequilibrado, inmaduro y fanfarrón al que Steve no ha conseguido enderezar. Cuando Tony regresa al rancho, acompañado de una desconocida (Julie London) con la que ... [+]
1 de noviembre de 2008
28 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Segundo de los cuatro western realizados por Robert Parrish. El guión, de Rod Serling (“Siete días de mayo”, Frankenheimer, 1964) y Daniel Fuschs (no acreditado), desarrolla un argumento original de Thomas Thompson. Se rueda en escenarios naturales y en los platós de la MGM. Producido por Armand Deutsch para la MGM, se estrena el 20-III-1958 (NYC).
La acción dramática tiene lugar en el lejano Oeste, poco después de la Guerra Civil (1861-65). Steve Sinclair (Taylor), al regresar (1865) de la guerra, se hace cargo de la explotación del rancho familiar que ocupa tierras del latifundista Dennis Deneen (Crisp). Algo más tarde regresa de la guerra (1865) su hermano menor, Tony (Cassavetes), acompañado de su novia Joan Blake (London). Steve, antiguo pistolero, ha decidido integrarse socialmente y trabajar como pacífico granjero. Tony, impulsivo e inmaduro, desea ser reconocido como socio de su hermano, participar en el gobierno del rancho y destacar como persona influyente y temible. Presa de ansias de pelea, se comporta con bravuconería y vanidad.
El film suma western y drama. Steve y Tony abandonaron el rancho familiar dedicado a la producción de carne de vacuno al comienzo (1861) de la Guerra de Secesión. Ambos se alistan en el ejército confederado, dada su vinculación con Texas, estado del que era originaria la familia. Durante la guerra cambian las actitudes de los hermanos: mientras Steve, antiguo pistolero, regresa sintiendo aversión por las armas de fuego y deseando llevar una vida pacífica de granjero, su hermano Tony siente deseos imperiosos de usar las armas, busca pelea, ansía demostrar su superioridad y sueña con ocupar el lugar de su hermano cuando era un pistolero afamado por ser “más rápido que el viento”. Además, Tony es causa de preocupación para su hermano por el comportamiento exhibicionista que tiene en relación a su novia, a la que ve sólo como objeto de ostentación y vanagloria. Indisciplinado, terco, cerrado en si mismo y cegado por su egoísmo, Tony se convierte en el desencadenante de enfrentamientos, peleas, conductas violentas y tendencias autodestructivas.
El film trata, adicionalmente, temas relacionados con la guerra que sostuvieron durante años ganaderos y agricultores, el peso del pasado, la fuerza condicionante de la familia, las relaciones entre hermanos, el cambio de actitudes que experimentan las personas al pasar de la adolescencia a la juventud, las dificultades que se dan asociadas a conductas sociales inspiradas por la inmadurez y la ausencia de procesos de socialización, los efectos de la guerra sobre quienes participaron en ella, la crisis de la concepción tradicional de la familia, los afanes de cambio que muestran los jóvenes.
La acción dramática tiene lugar en el lejano Oeste, poco después de la Guerra Civil (1861-65). Steve Sinclair (Taylor), al regresar (1865) de la guerra, se hace cargo de la explotación del rancho familiar que ocupa tierras del latifundista Dennis Deneen (Crisp). Algo más tarde regresa de la guerra (1865) su hermano menor, Tony (Cassavetes), acompañado de su novia Joan Blake (London). Steve, antiguo pistolero, ha decidido integrarse socialmente y trabajar como pacífico granjero. Tony, impulsivo e inmaduro, desea ser reconocido como socio de su hermano, participar en el gobierno del rancho y destacar como persona influyente y temible. Presa de ansias de pelea, se comporta con bravuconería y vanidad.
El film suma western y drama. Steve y Tony abandonaron el rancho familiar dedicado a la producción de carne de vacuno al comienzo (1861) de la Guerra de Secesión. Ambos se alistan en el ejército confederado, dada su vinculación con Texas, estado del que era originaria la familia. Durante la guerra cambian las actitudes de los hermanos: mientras Steve, antiguo pistolero, regresa sintiendo aversión por las armas de fuego y deseando llevar una vida pacífica de granjero, su hermano Tony siente deseos imperiosos de usar las armas, busca pelea, ansía demostrar su superioridad y sueña con ocupar el lugar de su hermano cuando era un pistolero afamado por ser “más rápido que el viento”. Además, Tony es causa de preocupación para su hermano por el comportamiento exhibicionista que tiene en relación a su novia, a la que ve sólo como objeto de ostentación y vanagloria. Indisciplinado, terco, cerrado en si mismo y cegado por su egoísmo, Tony se convierte en el desencadenante de enfrentamientos, peleas, conductas violentas y tendencias autodestructivas.
El film trata, adicionalmente, temas relacionados con la guerra que sostuvieron durante años ganaderos y agricultores, el peso del pasado, la fuerza condicionante de la familia, las relaciones entre hermanos, el cambio de actitudes que experimentan las personas al pasar de la adolescencia a la juventud, las dificultades que se dan asociadas a conductas sociales inspiradas por la inmadurez y la ausencia de procesos de socialización, los efectos de la guerra sobre quienes participaron en ella, la crisis de la concepción tradicional de la familia, los afanes de cambio que muestran los jóvenes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Varios de los temas explorados por el film tienen relación con realidades del momento: las referencias a algunas de las consecuencias de la Guerra Civil se pueden aplicar a las experiencias de la IIGM y de la Guerra de Corea, la crisis de la familia tradicional se manifiesta de modo abierto y generalizado a partir de la segunda mitad de los años 50 (época Eisenhover), los jóvenes nacidos después de la IIGM muestran importantes afanes de cambio, etc.
El guión de Rod Serling, el único que éste escribe de un western, es sólido, consistente
e intenso. La caracterización de los personajes, en especial de los dos hermanos y de Dennis Deneen, se presenta bien definida y adecuadamente perfilada. La tensión dramática, basada en una sucesión de lances trágicos, está administrada en forma de un interesante crescendo. Parrish tuvo que ser sustituido en los últimos días de rodaje por motivos de salud. John Sturges rueda algunas escenas adicionales y realiza el montaje. Junto a las interpretaciones de Taylor y Crisp, sobresale la de John Cassavetes, en un papel tan difícil como decisivo.
La música, de Elmer Bernstein (“Los siete magníficos”, 1960), aporta una partitura de 12 cortes orquestales de tonos solemnes y dramáticos con abundancia de graves profundos. Añade la balada “Saddle The Wind”, a cargo de Julie London, que se ofrece sobre los créditos iniciales y en un interludio de la cinta. La fotografía, de George Folsey, en color (metrocolor) y escope, se recrea en los paisajes de amplias perspectivas. Muestra con delectación fértiles valles ganaderos, la floración multicolor de los pastos de primavera y el fuerte contraste entre llanuras inmensas y las montañas nevadas. Subraya visualmente el contenido dramático de la historia.
La película es interesante por el análisis que desarrolla de problemas humanos clásicos y de situaciones propias del momento, por la notable presencia de Cassavetes como actor, por la solidez del guión y por la calidad y espectacularidad de la banda sonora.
El guión de Rod Serling, el único que éste escribe de un western, es sólido, consistente
e intenso. La caracterización de los personajes, en especial de los dos hermanos y de Dennis Deneen, se presenta bien definida y adecuadamente perfilada. La tensión dramática, basada en una sucesión de lances trágicos, está administrada en forma de un interesante crescendo. Parrish tuvo que ser sustituido en los últimos días de rodaje por motivos de salud. John Sturges rueda algunas escenas adicionales y realiza el montaje. Junto a las interpretaciones de Taylor y Crisp, sobresale la de John Cassavetes, en un papel tan difícil como decisivo.
La música, de Elmer Bernstein (“Los siete magníficos”, 1960), aporta una partitura de 12 cortes orquestales de tonos solemnes y dramáticos con abundancia de graves profundos. Añade la balada “Saddle The Wind”, a cargo de Julie London, que se ofrece sobre los créditos iniciales y en un interludio de la cinta. La fotografía, de George Folsey, en color (metrocolor) y escope, se recrea en los paisajes de amplias perspectivas. Muestra con delectación fértiles valles ganaderos, la floración multicolor de los pastos de primavera y el fuerte contraste entre llanuras inmensas y las montañas nevadas. Subraya visualmente el contenido dramático de la historia.
La película es interesante por el análisis que desarrolla de problemas humanos clásicos y de situaciones propias del momento, por la notable presencia de Cassavetes como actor, por la solidez del guión y por la calidad y espectacularidad de la banda sonora.