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Voto de Miquel:
8
7,8
142.251
Bélico
Segunda Guerra Mundial, 1944. Tras el desembarco de los Aliados en Normandía, a un grupo de soldados americanos se le encomienda una peligrosa misión: poner a salvo al soldado James Ryan. Los hombres de la patrulla del capitán John Miller deben arriesgar sus vidas para encontrar a este soldado, cuyos tres hermanos han muerto en la guerra. Lo único que se sabe del soldado Ryan es que se lanzó con su escuadrón de paracaidistas detrás de ... [+]
6 de abril de 2010
79 de 93 usuarios han encontrado esta crítica útil
Superproducción bélica de Steven Spielberg (Cincinatti, Ohio, 1947), considerada por algunos como la tercera entrega de su trilogía sobre el horror, iniciada con “La lista de Schindler” (1993), dedicada al Holocausto, y continuada con “Amistad” (1998), dedicada a la esclavitud. El guión, de Robert Rodat (“Volando libre”, Ballard, 1996), se inspira libremente por lo que al punto de partida argumental se refiere en un hecho real ocurrido durante la Guerra Civil Americana (1861-65) a los 4 hijos de Agnes Allison Nilan, de Port Carbon (Pensilvania). El film se rueda en escenarios naturales de Inglaterra (Oxfordshire, Londres, Hertfordshire...), Francia (Calvados) e Irlanda (Wexford) y en el plató al aire libre montado en la antigua factoría aerospacial británica (Hartfield), con un presupuesto de 90 M USD. Nominado a 11 Oscar, gana 5 (director, fotografía, efectos sonoros , montaje y sonido). Producido por S. Spielberg y Ian Bryce para Amblin, Dreamworks, Mutual Films y Paramount, se estrena el 24-VII-1998 (EEUU y Canadá).
La acción dramática tiene lugar en una playa de Normandía (Francia), con nombre clave de Omaha, y alrededores, camino de Neuville y luego de Vierville, en la población imaginaria de Ramelle, bañada por el río Merderet, y en el cementerio americano de Colleville-sur-mer (Normandía). Cronológicamente se extiende entre el 6 y el 13 de junio de 1944, ambos inclusive. La división Charlie, del segundo batallón ranger, de la 29 división de infantería de EEUU, desembarca en Omaha el 6-VI-44, comandada por el capitán John H. Mills (Hanks). Tras una encarnizada lucha toman un nido de ametralladoras alemán y se disponen a adentrarse en Francia. Mills recibe del alto mando la orden de reunir entre los supervivientes una patrulla para localizar a James Francis Ryan (Damon), soldado de la compañía Baker, del 56 regimiento de infantería paracaidista, lanzado en un lugar indeterminado de Normandía.
Forman la patrulla el sargento Mike Horvath (Sizemore), el médico Irwin Wade (Ribisi) y los soldados Richard Reiben (Burns), Adrian Caparzo (Diesel), Daniel Jackson (Pepper) y Stanley Mellisch (Goldberg), más el cabo Timothy Upham (Davies). El capitán es reservado y razonable, Reiben es abiertamente crítico, Horwath es leal y a veces poco razonable, Upham, que domina el francés y el alemán, no se integra en el grupo, Jackson es devoto y buen tirador, Mellish es ingenuo, Caparzo es fuerte y testarudo.
El film suma drama, acción y guerra (IIGM). Se trata de un film de potente y portentoso realismo, que traslada el espectador al escenario de la guerra y lo somete a una experiencia inédita en su momento y espeluznante. Le hace participar del ruido ensordecedor de la batalla, suma del tableteo de las armas automáticas, los disparos de la artillería, el estrépito de los carros blindados, explosiones y gritos.
La acción dramática tiene lugar en una playa de Normandía (Francia), con nombre clave de Omaha, y alrededores, camino de Neuville y luego de Vierville, en la población imaginaria de Ramelle, bañada por el río Merderet, y en el cementerio americano de Colleville-sur-mer (Normandía). Cronológicamente se extiende entre el 6 y el 13 de junio de 1944, ambos inclusive. La división Charlie, del segundo batallón ranger, de la 29 división de infantería de EEUU, desembarca en Omaha el 6-VI-44, comandada por el capitán John H. Mills (Hanks). Tras una encarnizada lucha toman un nido de ametralladoras alemán y se disponen a adentrarse en Francia. Mills recibe del alto mando la orden de reunir entre los supervivientes una patrulla para localizar a James Francis Ryan (Damon), soldado de la compañía Baker, del 56 regimiento de infantería paracaidista, lanzado en un lugar indeterminado de Normandía.
Forman la patrulla el sargento Mike Horvath (Sizemore), el médico Irwin Wade (Ribisi) y los soldados Richard Reiben (Burns), Adrian Caparzo (Diesel), Daniel Jackson (Pepper) y Stanley Mellisch (Goldberg), más el cabo Timothy Upham (Davies). El capitán es reservado y razonable, Reiben es abiertamente crítico, Horwath es leal y a veces poco razonable, Upham, que domina el francés y el alemán, no se integra en el grupo, Jackson es devoto y buen tirador, Mellish es ingenuo, Caparzo es fuerte y testarudo.
El film suma drama, acción y guerra (IIGM). Se trata de un film de potente y portentoso realismo, que traslada el espectador al escenario de la guerra y lo somete a una experiencia inédita en su momento y espeluznante. Le hace participar del ruido ensordecedor de la batalla, suma del tableteo de las armas automáticas, los disparos de la artillería, el estrépito de los carros blindados, explosiones y gritos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Muestra un paisaje dantesco de amputaciones, heridas sangrantes, agonías, muerte y desolación. Explica la angustia de los soldados, el miedo que los atenaza y el horror que sienten. La guerra deja de ser una tragedia para devenir una vivencia infernal profundamente dolorosa. La brutalidad, el absurdo y la ignominia de la guerra se ven de manera diferente, después de haber vivido la escena inicial del relato, de 22 o 27 minutos demoledores. En ella se inspira Eastwood ("Banderas de nuestros padres").
El realismo visual, el estrépito de la guerra, el ritmo de la acción y el montaje, crean una impresión estremecedora. La batalla se presenta despersonalizada, anónima y ciega. Los soldados de ambos bandos no ven el rostro del oponente ni sus reacciones. Luchan contra seres innominados, desconocidos, monstruosos y feroces. El soldado se enfrenta a la muerte en la soledad de sí mismo, desasistido y desprovisto de facultades, habilidades y conocimientos. La suerte del soldado no depende de él, sino del azar, caprichoso e implacable.
La película no se refiere a una guerra concreta, sino a todas las guerras. A este monstruo hobbesiano que degrada, destruye y convierte a las personas en lobos que se matan entre sí. El film condena la guerra. Elogia los valores militares: valentía, arrojo, disciplina, entrega, heroísmo, ausencia de crítica, jerarquía de mando, etc. Habla de los valores cívicos tradicionales: respeto, espíritu de sacrificio y superación, obediencia, sometimiento, esfuerzo, lealtad, etc. Exalta los valores contemporáneos: libertad, democracia, solidaridad, sinceridad, pluralismo, tolerancia, etc.
No son lo mismo antibelicismo y pacifismo. Justifica la implicación de los aliados en la IIGM. Su intervención responde a la necesidad cierta de defender la libertad. Se equivoca cuando identifica la lucha por la libertad con un solo país. No es justo cuando convierte la IIGM en una gesta exclusivamente americana. Oculta la verdad cuando elimina del campo de batalla a las fuerzas aliadas: las tropas americanas fueron transportadas a la playa de Omaha el 6-VI-1944 por la marina británica. La victoria aliada en la IIGM fue fruto de un esfuerzo combinado y conjunto, al que los EEUU se unieron (7-XII-1941) dos años y tres meses después del comienzo (1-IX-1939). El mayor esfuerzo de la IIGM en vidas humanas no fue de EEUU. La participación de EEUU en la guerra fue decisiva para la victoria aliada.
La banda sonora, de John Williams (“Sleepers”, Levinson, 1996), ofrece una partitura épica con pasajes de gran dramatismo y secuencias de lucha y tensión. Añade dos canciones de Edith Piaff en la espera de Ramelle. La fotografía, de Janusz Kaminski (“Amistad”, 1997), en colores degradados (technicolor) y panavisión, está rodada y montada con brillantez. Domina el suspense, los sentimientos humanos, el ritmo (variable en la cinta) y la tensión dramática. Numerosas secuencias están filmadas en estilo documentalista (cámara en mano).
El realismo visual, el estrépito de la guerra, el ritmo de la acción y el montaje, crean una impresión estremecedora. La batalla se presenta despersonalizada, anónima y ciega. Los soldados de ambos bandos no ven el rostro del oponente ni sus reacciones. Luchan contra seres innominados, desconocidos, monstruosos y feroces. El soldado se enfrenta a la muerte en la soledad de sí mismo, desasistido y desprovisto de facultades, habilidades y conocimientos. La suerte del soldado no depende de él, sino del azar, caprichoso e implacable.
La película no se refiere a una guerra concreta, sino a todas las guerras. A este monstruo hobbesiano que degrada, destruye y convierte a las personas en lobos que se matan entre sí. El film condena la guerra. Elogia los valores militares: valentía, arrojo, disciplina, entrega, heroísmo, ausencia de crítica, jerarquía de mando, etc. Habla de los valores cívicos tradicionales: respeto, espíritu de sacrificio y superación, obediencia, sometimiento, esfuerzo, lealtad, etc. Exalta los valores contemporáneos: libertad, democracia, solidaridad, sinceridad, pluralismo, tolerancia, etc.
No son lo mismo antibelicismo y pacifismo. Justifica la implicación de los aliados en la IIGM. Su intervención responde a la necesidad cierta de defender la libertad. Se equivoca cuando identifica la lucha por la libertad con un solo país. No es justo cuando convierte la IIGM en una gesta exclusivamente americana. Oculta la verdad cuando elimina del campo de batalla a las fuerzas aliadas: las tropas americanas fueron transportadas a la playa de Omaha el 6-VI-1944 por la marina británica. La victoria aliada en la IIGM fue fruto de un esfuerzo combinado y conjunto, al que los EEUU se unieron (7-XII-1941) dos años y tres meses después del comienzo (1-IX-1939). El mayor esfuerzo de la IIGM en vidas humanas no fue de EEUU. La participación de EEUU en la guerra fue decisiva para la victoria aliada.
La banda sonora, de John Williams (“Sleepers”, Levinson, 1996), ofrece una partitura épica con pasajes de gran dramatismo y secuencias de lucha y tensión. Añade dos canciones de Edith Piaff en la espera de Ramelle. La fotografía, de Janusz Kaminski (“Amistad”, 1997), en colores degradados (technicolor) y panavisión, está rodada y montada con brillantez. Domina el suspense, los sentimientos humanos, el ritmo (variable en la cinta) y la tensión dramática. Numerosas secuencias están filmadas en estilo documentalista (cámara en mano).