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España España · Palma (Mallorca)
Voto de Miquel:
8
Comedia. Musical Dos presidiarios deciden fugarse, pero cuando están a punto de alcanzar la libertad son descubiertos. Uno de ellos decide sacrificarse por el otro, que llegará a convertirse en un gran empresario gracias a una imponente y moderna fábrica de fonógrafos. Cuando el segundo logra salir de la carcel, ambos vuelven a encontrarse. (FILMAFFINITY)
11 de diciembre de 2008
27 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tercer largometraje sonoro de René Clair, escrito por el realizador a partir de un argumento original propio. Se rueda en estudio con algunas tomas de exteriores y de escenarios reales. Es la primera película de habla no inglesa que es nominada un Oscar (decoración interior). Producida por Frank Clifford y Alexander Kamenka para Sonores Tobis, se estrena el 18-XII-1931 (Francia).

La acción dramática tiene lugar en Francia. Louis (Cordy) y Emile (Marchand) son dos amigos que cumplen condena en prisión y comparten celda. El plan de evasión que conciben sólo permite la fuga de Louis, que pronto se convierte en un próspero e innovador hombre de negocios. Cuando Emile sale de prisión, años después, encuentra trabajo en la factoría Lo, de Louis, dedicada a la fabricación de gramófonos portátiles de cuerda. Tras varias peripecias, reemprenden su historia de amistad y compañerismo.

El film suma comedia y musical. Constituye un sólido producto de entretenimiento y reflexión y, al mismo tiempo, presenta una aguda y deliciosa sátira social. Explora las condiciones de vida de los asalariados, que compara con las de los presos condenados a trabajos forzados. Analiza el grado de deshumanización que impone la mecanización industrial, que convierte a los trabajadores en autómatas, como demuestra el funcionamiento de las cadenas de montaje industrial. Muestra cómo la mecanización progresiva de la producción industrial, motivada por las aspiraciones de mejoras de la productividad, impone sistemas de trabajo cada vez más simples, repetitivos y despersonalizados. La fabricación de caballos de juguete en una cadena industrial inicial deja mayores márgenes de autonomía personal a los obreros, que la fabricación posterior de gramófonos y otros productos. Cuanto más sofisticado es el producto, más estricta ha de ser la cadena de montaje y más exigentes son sus requerimientos de uniformidad, estandarización y despersonalización. Las sociedades industrializadas con sus producciones masivas de bienes hacen posible la prosperidad, pero hacen difícil o imposible la felicidad, basada en el ejercicio, uso y disfrute de la libertad.

La superación de la fase de mecanización industrial por la etapa posterior de la automatización de los procesos productivos suprimirá puestos de trabajo a causa de la disminución de la cantidad de trabajo humano necesaria par producir bienes. Los trabajadores dispondrán de más tiempo para el ocio (jugar a los bolos, a las cartas, pescar, bailar, etc.), pero no tendrán garantizada la felicidad, porque ésta depende de la amplitud de los márgenes sociales de la libertad. Éstos dependen, a su vez, de los compromisos adquiridos o impuestos, las ataduras sociales, las normas y las leyes. En un mundo de ocio y prosperidad los grandes enemigos de la felicidad van a ser la ambición insaciable, la codicia humana y las ansias de poder.

(Sigue en el spoiler sin revelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miquel
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