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Drama. Bélico. Aventuras
Durante las Guerras Púnicas, la pequeña Cabiria y su nodriza son raptadas durante la confusión causada por la erupción del Etna. Cabiria es vendida en Cartago para ser sacrificada en el templo de Moloch. Fulvio Axilla, un espía romano, y su esclavo Maciste la rescatan y queda al cuidado de la reina Sophonisba. Diez años después, después de la guerra y la caída de Cartago, Cabiria vuelve con Fulvio. (FILMAFFINITY)
9 de enero de 2010
50 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ambiciosa superproducción realizada por Giovanni Pastrone (1882-1959), autor también del mediometraje “La caída de Troya” (1911). El guión, de G. Pastrone, se basa en la obra “Ab urbe condita” (“Las décadas”) de Tito Livio, la novela “Salambó” (1862) de Gustave Flaubert y en la novela “Cartagine in fiamme” (1908) de Emilio Salgari (1862-1911). Se rueda a lo largo de 6 meses en escenarios reales de Sicilia, Túnez y los Alpes piamonteses y en platós de FERT Studios (Turín), con un presupuesto de 210.000 USD. Producida por G. Pastrone para Itala Films, se proyecta en público en sesión de preestreno el 18-IV-1914 (Turín, Teatro Vittorio Emmanuelle).
La acción dramática tiene lugar en Catania y alrededores (Sicilia), en Cartago, Cirta (hoy Constantina, Argelia) y zona desértica (N de África), y en los Alpes y Siracusa (Italia), a lo largo de los 10 últimos años de la Segunda Guerra Púnica (218 a.C. – 201 a.C.). La acción gira en torno de Cabiria (Catena y Quaranta), hija del patricio romano Batto y de su esposa, nacida en Sicilia y residente en la isla hasta que es raptada junto con su nodriza Croessa (Marangoni) por piratas fenicios. Tiene un papel importante Fulvio Axilla (Mazzatto), que cuenta con la ayuda de su esclavo Maciste (Pagano), personificación de la fuerza y la bondad. El héroe de los hechos históricos es Escipión el africano.
El film suma drama, aventuras, romance, guerra, peplum (o colosal), historia (s III a.C.), comedia y película muda. Supone un gran esfuerzo de producción, que se concreta en unos grandes escenarios de murallas y edificios monumentales, movimientos de multitudes, ricos decorados de interior, un vestuario variado y de diseños diferenciados (romanos, cartagineses, fenicios, griegos...), traslados costosos para rodar en escenarios reales apropiados (Alpes, desierto africano, costa mediterránea...), miles de extras, etc. El relato de ficción se enmarca en un contexto histórico construido con respeto a los hechos y los personajes.
El film presenta una rica e interesante combinación de escenas de acción trepidante (asalto a las murallas de Cirta), de doloroso dramatismo (sacrificios humanos), de humor (en la posada del judío Bodastoret), de gran sensualidad (Sophonisba en el tocador), de gran realismo (el mercado de Cartago), etc. Asocia los personajes a ideas temáticas: Arquímedes a la investigación y la sabiduría; Escipión a la autoridad, el poder y la elegancia; Sophonisba (hija de Asdrúbal) a la belleza y el encanto personal; Axilla a la osadía y la generosidad; Maciste a la fuerza de Hércules; Bodastoret a la venalidad; Aníbal a las grandes gestas militares, Sifax a la derrota, etc. Cabiria es símbolo de virtud, belleza, laboriosidad y discreción.
La acción dramática tiene lugar en Catania y alrededores (Sicilia), en Cartago, Cirta (hoy Constantina, Argelia) y zona desértica (N de África), y en los Alpes y Siracusa (Italia), a lo largo de los 10 últimos años de la Segunda Guerra Púnica (218 a.C. – 201 a.C.). La acción gira en torno de Cabiria (Catena y Quaranta), hija del patricio romano Batto y de su esposa, nacida en Sicilia y residente en la isla hasta que es raptada junto con su nodriza Croessa (Marangoni) por piratas fenicios. Tiene un papel importante Fulvio Axilla (Mazzatto), que cuenta con la ayuda de su esclavo Maciste (Pagano), personificación de la fuerza y la bondad. El héroe de los hechos históricos es Escipión el africano.
El film suma drama, aventuras, romance, guerra, peplum (o colosal), historia (s III a.C.), comedia y película muda. Supone un gran esfuerzo de producción, que se concreta en unos grandes escenarios de murallas y edificios monumentales, movimientos de multitudes, ricos decorados de interior, un vestuario variado y de diseños diferenciados (romanos, cartagineses, fenicios, griegos...), traslados costosos para rodar en escenarios reales apropiados (Alpes, desierto africano, costa mediterránea...), miles de extras, etc. El relato de ficción se enmarca en un contexto histórico construido con respeto a los hechos y los personajes.
El film presenta una rica e interesante combinación de escenas de acción trepidante (asalto a las murallas de Cirta), de doloroso dramatismo (sacrificios humanos), de humor (en la posada del judío Bodastoret), de gran sensualidad (Sophonisba en el tocador), de gran realismo (el mercado de Cartago), etc. Asocia los personajes a ideas temáticas: Arquímedes a la investigación y la sabiduría; Escipión a la autoridad, el poder y la elegancia; Sophonisba (hija de Asdrúbal) a la belleza y el encanto personal; Axilla a la osadía y la generosidad; Maciste a la fuerza de Hércules; Bodastoret a la venalidad; Aníbal a las grandes gestas militares, Sifax a la derrota, etc. Cabiria es símbolo de virtud, belleza, laboriosidad y discreción.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Se hace uso de maquetas, cuya construcción dirige el español Segundo de Chomón. Éstas permiten la creación de escenas efectistas (erupción del Etna, batalla de Siracusa) con pocos medios. Incorpora innovaciones técnicas, como breves travellings sobre ruedas, que aportan dinamismo y soltura. Experimenta nuevas técnicas de iluminación.
Algunos críticos consideran que la obra es parca en dramatismo, pese a la acumulación de escenas de gran fuerza dramática. Conviene señalar que la grandiosidad de la obra, su larga duración (2 horas y media el día del estreno) y la mezcla que hace de géneros, le confieren variedad, fluidez y densidad. Se trata de un trabajo complejo que se ha de analizar con visiones globales y de conjunto.
Gabriele D’Anunzio se encarga de los carteles. Emplea un lenguaje pomposo, de lectura no fácil, que evita los diálogos. No perjudica la comprensión del relato gracias a la sugerente gestualidad de los actores. El exagerado dramatismo de sus intervenciones responde a exigencias y modas del momento.
Son escenas memorables la llegada del terrateniente Batto a su casa de Catania, la erupción nocturna del Etna, el terremoto que la acompaña, el suicidio de una muchacha, la visión de la fachada del templo de Moloch, el paso de los Alpes, la batalla de Siracusa, etc. La obra inspira a Griffith en “El nacimiento de una nación” (1915) e “Intolerancia” (1916), a Cecil B. DeMille en “Los diez mandamientos” (1923), a Fred Niblo en “Ben Hur” (1925), a Lang en “Metrópolis” (1927), etc. Fellini le rinde homenaje en 1957 (“Las noches de Cabiria”).
A la estética realista se añaden toques de fantasía al servicio de un realismo imaginario, que se abre circunstancialmente al surrealismo (sueños premonitorios y ensoñaciones). Las arquitecturas son de estilo jónico en Catania, fenicio en Cartago y egipcio en Cirta. El vestuario suma diseños tomados de los cuadros de Rafael con formas egipcias, pompeyanas, romanas, moriscas y de “art decó”.
La fotografía, de Augusto Battagliotti, Eugenio Bava y otros, en B/N, oscila entre planos panorámicos, largos y medios, sin llegar nunca a primeros planos. La cámara se mueve con frecuencia en busca de los protagonistas de la escena. Abundan las representaciones del fuego y las invocaciones a divinidades.
La banda sonora, de Manlio Mazza, en la versión del DVD, presenta una partitura que prescinde de la “Sinfonía del fuego”, de Pizzetti, y yuxtapone cortes de Franz Liszt, como los dos de la “Rapsodia húngara nº 2” que acompañan la escena del baile en el interior del templo de Moloch y las secuencias finales.
Bibliografía
- Philipp BÜHLER, “Cabiria”, ‘Cine de los 20’, pág. 50-55, Taschen ed., Colonia 2007.
- ASSOZIAZIONE MUSEO NAZIONALE DEL CINEMA, “Cabiria”, ‘Enciclopedia del Cinema in Piamonte’, cinemainpiamonte.it, Turín 2005.
Algunos críticos consideran que la obra es parca en dramatismo, pese a la acumulación de escenas de gran fuerza dramática. Conviene señalar que la grandiosidad de la obra, su larga duración (2 horas y media el día del estreno) y la mezcla que hace de géneros, le confieren variedad, fluidez y densidad. Se trata de un trabajo complejo que se ha de analizar con visiones globales y de conjunto.
Gabriele D’Anunzio se encarga de los carteles. Emplea un lenguaje pomposo, de lectura no fácil, que evita los diálogos. No perjudica la comprensión del relato gracias a la sugerente gestualidad de los actores. El exagerado dramatismo de sus intervenciones responde a exigencias y modas del momento.
Son escenas memorables la llegada del terrateniente Batto a su casa de Catania, la erupción nocturna del Etna, el terremoto que la acompaña, el suicidio de una muchacha, la visión de la fachada del templo de Moloch, el paso de los Alpes, la batalla de Siracusa, etc. La obra inspira a Griffith en “El nacimiento de una nación” (1915) e “Intolerancia” (1916), a Cecil B. DeMille en “Los diez mandamientos” (1923), a Fred Niblo en “Ben Hur” (1925), a Lang en “Metrópolis” (1927), etc. Fellini le rinde homenaje en 1957 (“Las noches de Cabiria”).
A la estética realista se añaden toques de fantasía al servicio de un realismo imaginario, que se abre circunstancialmente al surrealismo (sueños premonitorios y ensoñaciones). Las arquitecturas son de estilo jónico en Catania, fenicio en Cartago y egipcio en Cirta. El vestuario suma diseños tomados de los cuadros de Rafael con formas egipcias, pompeyanas, romanas, moriscas y de “art decó”.
La fotografía, de Augusto Battagliotti, Eugenio Bava y otros, en B/N, oscila entre planos panorámicos, largos y medios, sin llegar nunca a primeros planos. La cámara se mueve con frecuencia en busca de los protagonistas de la escena. Abundan las representaciones del fuego y las invocaciones a divinidades.
La banda sonora, de Manlio Mazza, en la versión del DVD, presenta una partitura que prescinde de la “Sinfonía del fuego”, de Pizzetti, y yuxtapone cortes de Franz Liszt, como los dos de la “Rapsodia húngara nº 2” que acompañan la escena del baile en el interior del templo de Moloch y las secuencias finales.
Bibliografía
- Philipp BÜHLER, “Cabiria”, ‘Cine de los 20’, pág. 50-55, Taschen ed., Colonia 2007.
- ASSOZIAZIONE MUSEO NAZIONALE DEL CINEMA, “Cabiria”, ‘Enciclopedia del Cinema in Piamonte’, cinemainpiamonte.it, Turín 2005.