No voy a destripar el argumento de la serie que, por otro lado tampoco es realmente novedoso. Simplemente diré que es entretenidísima y que los 13 episodios se te pasan volando, sobre todo si la ves en Netflix.

La serie habría sido redonda si hubieran ciudado mas los detalles. Hay tres fallos muy divertidos: uno que afecta a la prota, cuando estando en el desierto atada de pies y manos la obligan a beber un mejunje asqueroso que la mancha la cara, mancha que mágicamente aparece y desaparece o cambia de tamaño de una escena a otra en cuestión de segundos; luego la parte rodada en Barcelona, en la que se ven unas matrículas extrañísimas y no aparece ni un triste policía autonómico o guardia civil en el aeropuerto; y la parte de este último, que se supone que es El Prat, pero en la que enseguida te das cuenta de que no es así, sobre todo cuando ves una ambulancia norteamericana con los letreros en inglés durante unos brevísimos segundos. Y, por supuesto, si hay que detener a alguien en un aeropuerto español, lo hacen nuestros policías, no militares norteamericanos.

Pero vamos, dejando a un lado esos fallos, la serie es muy entretenida. Lástima que no la renovaran para una segunda temporada. Por lo menos, la trama principal quedó cerrada.