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Voto de Khaledia:
9
Romance. Drama Jesse y Celine se conocieron en un tren y pasaron juntos una noche inolvidable paseando por Viena. Aunque prometieron encontrarse de nuevo seis meses más tarde, esa cita nunca llegó a producirse. Nueve años después, se vuelven a ver, pero esta vez en París. Jesse, que está de gira promocionando una novela, la ve en la librería donde está firmando ejemplares. Ella vive desde hace tiempo en París; él, en Nueva York. Jesse inmediatamente ... [+]
22 de junio de 2007
214 de 244 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo único que me dejó “Antes del amanecer”, además de la certeza de que me hubiera encantado si la hubiera descubierto en otra época, fue la sensación de inacabada. Así llegué a la secuela, con curiosidad pero sin esperanza. Me gustó reencontrarme con la pareja. Me gustó cómo se reencontraron ellos. Como lo haría yo. Como lo hice yo.

Esta vez Linklater consiguió meterme de lleno en la burbuja. En ese mundo donde sólo existen dos. En ese paseo donde ambos intentan descubrir a contrarreloj que hay de lo que fue. Ya no son los mismos. El tiempo ha pasado dejándoles huella. A él demacrándole el rostro pero regalándole una mirada que habla sin palabras. A ella le perdonó la belleza pero a cambio la condenó al desencanto.

Lo de Hawke… ¿es una interpretación? ¿De verdad? ¿No será que estaba pillado por la Delpy hasta las trancas? Esos gestos, esa mirada, esa sonrisa, esa luz que desprende… el Jesse de París es amor, y punto.

Todo era envolvente y plácido pero de repente una frase. La frase. En crudo y sin abstractos. Una docena de palabras que me sacudieron violentamente, por el significado, por el contexto, por la extraña y profunda casualidad. Pero después de ésa vino otra y luego otra y en la siguiente escena vinieron más… ya no eran exactas ni literales pero eran mías.

Si, como dicen, el cine debe imitar a la vida Linklater (junto a sus dos actores que no parecen tales) lo clava. A ráfagas, a destellos, a flashes pero lo clava. Con un guión que respira verdad en poco más de una hora me absorbe, me sorprende, me hipnotiza, me enamora de Jesse (de este Jesse), me perturba por hacer asombrosamente fácil lo más complejo, incluso me asusta por revelar los negativos que se guardan velados. Consigue que me cabree conmigo misma por haberla tenido varias veces entre las manos y haberla desechado pensando que era una más, una del montón, una peli cualquiera; que me pregunte qué estaría haciendo yo en el 2004 en vez de ir a verla al cine y además me recuerda que hay películas que son un regalo. Por todo eso le aplaudo. Y le doy las gracias.




PD: Y le doy las gracias también al culpable de estas líneas. Alguien que desafiando el pudor en un ejemplo de honestidad, sensibilidad y ternura construyó una crítica maravillosa sobre el amor en Viena, que desapareció a las pocas horas (cuya razón entiendo perfectamente) que me hizo recordar que las cosas especiales merecen esfuerzos especiales. Sin aquella ésta no existiría. No hacen falta nombres. Su autor sabe quien es y yo también lo sé.
Khaledia
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