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Voto de RAMON ROCEL:
7
Aventuras. Romance Alan Gaskell (Clark Gable) es el capitán de un barco experto en cruzar los mares de China. Es un hombre experimentado, fuerte y aguerrido, al parecer de vuelta de todo. En cierta ocasión, el barco debe transportar un importante cargamento de oro desde Hong Kong hasta Singapur. Gaskell teme algo más peligroso que un tifón; el ataque, frecuente en la zona, de los piratas para hacerse con el botín. (FILMAFFINITY)
8 de abril de 2010
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
En la aventura en la que Gable viaja como capitán de un barco, de Singapur a Hong Kong, vemos interpretar a Clark a un “crudo” Allan Gaskell que lleva por buen rumbo su embarcación a pesar de los peligrosos piratas malayos con todo y bota torturadora. A pesar de los “bombones” (Jean Harlow y Rosalind Russell) a las que tiene que soportar.
A Clark le hubiera gustado llevar viento en popa su vida personal, como lo hacia con su barco en la película. Pero la verdad era que su vida personal se parecía al trayecto en los mares de China. Negros nubarrones presagiaban tormentas y aparente calma entre un sifón y otro.
Su separación de Ria en 1935 no era nada agradable. A pesar de que no se divorciaron oficialmente
Económicamente, a partir de la separación de Ria; durante tres años la situación de Gable fue desahogada. Luego, Clark obtuvo el divorcio legal y su nombre comenzó a aparecer con frecuencia en las columnas de chismes de la prensa. Gable se dejaba ver con diferentes mujeres, unas del medio cinematográfico y otras ajenas a él.
Pero cambiaba de compañeras con pasmosa frecuencia. Nunca se veía por mucho tiempo acompañado de la misma dama.
Clark siempre se porto caballerosamente con las mujeres, cuando menos fuera de la pantalla. En las películas, tenia que actuar de acuerdo al argumento.
Jean Harlow, no olvido nunca su breve idilio con Gable. Lo mismo sucedía siempre. Las mujeres que pasaban por la vida de Clark, no podían olvidarlo nunca, lo perdonaban, a pesar de hacerlas sufrir con su olvido. Su primera esposa no era la excepción. Se resignaban a vivir del recuerdo después de haber disfrutado de su amor.
Quizá ellas comprendían la realidad. Tal vez pensaban que era poco lo que habían dado, a cambio de lo que habían recibido.
Josephine le había proporcionado una instrucción teatral, lo había puesto en el camino del triunfo, le había dado el impulso inicial. Todo aquello era poco, a cambio de los siete años que Clark permaneció casado con ella. ¿Qué importaba que todo hubiese terminado? Ella había sido la primera esposa del hombre codiciado por muchas mujeres. Había sido una parte de su historia. Clark llevaría durante mucho tiempo algo de ella, bueno o malo, pero que ella se lo había dado.
Clark había vivido separado de Ria y se produjo lo inevitable. Se divorciaron. Él había ganado mucho dinero con sus películas. Sin embargo, su divorcio de Ria lo dejó en la calle. Tuvo que pagar por su divorcio, cantidades que eran como el rescate de un soberano. Y no podía ser de otra forma. ¿No era acaso el rey de Hollywood, como lo había nombrado Spencer Tracy? Pues el rey obtuvo su libertad, no de los piratas malayos, sino de su segunda esposa, pero se quedó prácticamente, sin un centavo.
RAMON ROCEL
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