Más comedia que otra cosa.
Intenta imitar sin éxito el estilo de películas como The ghost breakers.
Lo peor: no logra combinar bien los diferentes géneros, y en la última parte deja el thriller para entrar en el terror.
El alivio cómico, que es tan importante como el policial, incluso más, es muy malo, sobre todo los chistes a costa de Horatio, que interpreta el cliché del empleado negro al que tienen de bufón.
Lo mejor: la química entre Jerry y Kit y las pullas entre ambos.