Una comedia romántica gay, bastante absurda, donde Henry vuelve a su pequeño pueblo del noreste, después de vivir muchos años en New York, para cuidar a su abuelo, allí vive una especie de triangulo amoroso, donde por un lado está Dean su mejor amigo de la infancia, que resulta bisexual pero al que le cuesta un mundo aceptarse, a pesar de que también siente algo muy fuerte por Henry, pero chocan sus respectivas formas de ver la vida, igual sucede con Pike, un hombre que sume su homosexualidad, pero que es extremadamente reservado.
La historia se deja ver, pero es muy melosa e idealista, sus momentos de comedia romántica son los peores, la verdad que no sé si exista un lugar por más progresista que sea, ni siquiera en los Países Bajos, donde un grupo de ancianos, más teniendo en cuenta que la película tiene 16 años, o sea estamos hablando de que esa gente ahora tendría como mínimo 90 años, y todos se comportan como hadas madrinas, para que el protagonista pueda encontrar el verdadero amor y ser feliz, seguro toda la gente mayor, criada en un mundo que despreciaba a los homosexuales, andaría encantada tratando de apoyarlos, no digo que no haya casos, pero la mayoría no son así.
Tampoco las mujeres enamoradas, reaccionan de la forma absurdamente comprensiva que lo hace la maestra que está enamorada de Dean.
Es decir acá todo es color de rosa, todo es perfecto, el pueblo es realmente un gran Eden, el paraíso de la tolerancia en la tierra, lo único que faltó es que los animales con sus bocas les pusieran un corona de laureles a los enamorados.