Filme de aventuras en África, con elementos de thriller policiaco, que está rutinariamente dirigido por el simpático Joseph Pevney, impersonal realizador que no obstante logró cintas amenas.
En esta ocasión podemos decir lo mismo, aunque resulta olvidable al de poco tiempo no en vano apenas tiene algún momento, alguna escena recordable. Quizás, por lo curiosa, la escena con las moscas Tse Tse, pero poco más.
Menos mal que está la siempre gratísima Virginia Mayo, aquí preciosa como siempre, aunque bastante seria, y por descontado el gran Peter Lorre, en un papel pequeño pero aractivo por su ambigüedad ética.

El guión no es nada del otro jueves, aunque tiene algún feliz diálogo como por ejemplo cuando el protagonista le comenta en el bar del lugar a Mayo lo que hay en el lugar y cómo comportarse y le dice:

"- Puede que incluso le ofrezca un consejo.
Y ella le responde:
"- Me conformo con una copa".

O como cuando el buen Doctor del hospital, muy listo, le pregunta al protagonista si está enamorado de la chica y el le responde:

"- Doctor, por favor no me diagnostique, hace mucho calor".

Pero, repito, además de estas pequeñas cosas, la peli no tiene mucho más de calidad, aunque se puede ver, pero si no se ve tampoco se pierde uno/a mucho.

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