Interesante pero algo esquemática película, basada en hechos reales, cosa que viendo la historia que relata a veces cuesta creer que sucedieran así las cosas. Pero sí..
Tiene, por así decirlo, tres partes diferenciadas. La primera es sin duda la mejor, aquella en la que vamos viendo quiénes son los dos personajes protagonistas y sus familiares y conocidos, así como el barrio donde viven, a qué se dedican, sus sueños, anhelos, diferentes trapicheos... y sobre todo conocemos la realidad en la que viven, la escasez de oportunidades, la falta de trabajo, el peligro que acecha a los jóvenes, a quienes la droga y el dinero fácil les rodea... y la poca fiabilidad de la policía, que debería velar por los más débiles pero en realidad se aprovechan de ellos, usándolos y tirándolos a conveniencia.
Esta parte está muy bien narrada, tomándose su tiempo, con estupendos diálogos.
La segunda, pareciendo en principio que será más interesante, es algo errática, va demasiado deprisa y no se degusta como habría sido menester.
Y la tercera, la más seria y vergonzante, aquella donde veremos cuál será el final devenir del joven protagonista, sí que remueve las entrañas al comprobar la podredumbre moral de las instituciones y sus funcionarios corruptos.
Muy buena banda sonora y excelente, como siempre, Matthew McConaughey, un padre con muchos fallos, debilidades y errores, pero siempre tratando de sacar adelante a sus dos hijos (también magnífica Bel Powley como la hija drogadicta), siempre viendo el vaso medio lleno.
Lástima que, en líneas generales resulte irregular en su calidad, no pareciendo su realizador, el para mí ignoto Yann Demange, fuera el más adecuado para la realización de la peli. Quizás con otro habría existido más brío, más cohesión interna.

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