Vaya película la que dirigió Richard Donner en el año 1969, al comienzo de su dilatada e interesante carrera como director. Donner nos trae aquí una historia de amor entre un maduro Charles Bronson y una adolescente Susan George. Él con 38 años, ella con 16. Él escritor con falta de inspiración, ella adolescente estudiante. Él serio y con los pies asentados en la tierra mientras que ella es una niña soñadora y caprichosa, aunque muy alegre.

Tengo que reconocerlo, es la relación más rara que he visto desde hace tiempo en el cine la del tipo duro de Bronson con la sexy Susan George, actriz inglesa a la que no conocía y que está fantástica en ese papel de especie de Lolita con gran parecido físico con Penélope Cruz.

Nunca he visto una película de Bronson, la verdad sea dicha, ni aquellas en las que hace de justiciero masculino ni las que pertenecen al género del western, y es que me cuesta verle aquí. Me parece que el actor no se encuentra muy a gusto en su papel, que está algo forzado, mucho menos natural que su compañera, una Susan George que enamora con su frescura.

Parece ser que Bronson no se llevó muy bien con el director, Richard Donner, ya que ambos tenían una visión muy diferente de cómo tenía que filmarse la película. El resultado me parece muy irregular, con una falta de calidad técnica a la hora de rodar, con poca química entre la pareja y con una forma de entregar sus frases de una manera demasiado teatral y poco natural.

Una curiosidad como la copa de un pino que me ha dado la oportunidad de descubrir a un Charles Bronson en su perfil más romántico y a una desconocida Susan George que es un encanto.
Un saludo,
Tess