Mi mujer favorita es una comedia romántica con un argumento de lo más simpático y, a la vez, simplón. Diríamos que sería el caso de Robinson Crusoe pero sucedido con una náufraga. Durante 5 años, esta mujer casada estuvo perdida en una isla de los mares del sur acompañada por el galán que se salvó con ella de un accidente de aviación. Lo vivido en la isla no aparece en escena, sino que se relata.

El caso es que Cary Grant pasados los años da por fallecida a su mujer y cuando pretende casarse de nuevo con su nueva novia, aparece su mujer perdida. Tremendo.

El argumento es ese y no hay nada más pero es más que suficiente para pasar hora y media de lo más agradable asistiendo a unas actuaciones soberbias. Ver a Cary Grant solventar la situación con su nueva prometida y los apuros que pasa pensando en su mujer tantos años en compañía de Randolph Scott, el galán que la acompañó, son las escenas que siguen hasta el desenlace.

Lo mejor eso, los celos de Cary Grant viendo al apuesto Randolph en la piscina, haciendo piruetas en el trampolín e imaginándoselo en la isla con su mujer haciendo lo mismo. Un sinvivir. La película se deja ver con agrado porque tiene el encanto de las clásicas comedias románticas americanas, simples, coquetas, pudorosas e imperecederas. En 1963 se hizo el remake Apártate cariño, con James Garner, Doris Day y de galán náufrago Chuck Connors, que lo clava. Otra versión que sirve para recordar ésta.