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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
6
Comedia. Acción Phil es un camionero de aspecto bonachón a quien le entusiasman la cerveza fría, la música country y hacerse respetar por medio de sus puños. Phil, que se hace acompañar por un orangután que ganó en una apuesta, está enamorado de una cantante llamada Lynn, pero ella no quiere compromisos serios. (FILMAFFINITY)
29 de septiembre de 2013
20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sabemos que Eastwood a finales de los 70 principios de los 80, llevado por la afición a los botellines, al Country, a los animales, e influenciado por el turbulento amor de Sondra, su nueva amante, entró en una obsesiva producción cómica que aunque no duró mucho, marca cambios importantes en su trayectoria.
Al igual que en la Época Rosa de Picasso, Clint abandona la etapa de Azul cobalto del revólver Magnum 44 para entrar de lleno en lo pasteloso y, en concreto, en el mundo del Circo y sus animales. Ahora utiliza sus manos desnudas como forma de expresar su arte, en solidaridad con el sacrificado trabajo de las figuras circenses, a quien (con algo de esfuerzo es verdad) logra equipararse.
Incluye en esta nueva etapa, aparte de su admiración por el Circo, su pasión por el cine cómico que homenajea sin pudor alguno. Haciéndose así inevitable la comparación del simio (simio como animal, no confundir con alguno del reparto) con la excepcional película muda: El hermanito (1927), de Harold Lloyd, donde otro mono es protagonista destacado también de la cinta.
Utiliza al cabecilla de una banda de moteros (y a todos ellos) para recordar a esos policías perseguidores de Chaplin o, a Buster Keaton en Cops (1922) y se sirve de un Geoffrey Lewis para ser perseguido. Mismamente sus combates se basan en la admiración que le ha dado por Chaplin subido a un ring. Aparte de su amante Sondra, en Duro de pelar, Eastwood se hará acompañar de una actriz quien es obligada a poner las mismas caras, los mismos gestos y a llevar el mismo peinado que llevaban las mujeres en las películas mudas, en especial queda idéntica a Marion Byron (El héroe del río, 1928).
Eastwood, perdido en su euforia interpretativa, no duda él mismo hacer el mono y subido a los árboles termina emulando al grandioso Johnny Weissmuller, lanzando el grito de Tarzán que resuena por los lagos más profundos de los Estados Unidos, llegando a oírse incluso en el Estado de Alberta, Canadá. Proeza que le costó guardar cama y silencio durante una temporada, eso sí, bajo los cariñosos cuidados de Sondra y el mono.
floïd blue
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