La verdad es que estoy bastante sorprendido por el nivel de producción de esta entretenida miniserie británica. Se trata de una revisión del clásico de H. G. Wells ambientada en Gran Bretaña a finales del S.XIX que desde el principio impresiona por su calidad técnica, aunque se mantenga en la mediocridad en el resto de áreas.

Uno de los aspectos que más me ha llamado la atención de esta serie, es el hecho de que no ha tenido que recurrir a la pomposidad para transmitirnos un enorme montaje apocalíptico digno de otras producciones con muchísimo más presupuesto. La serie es elegante, utiliza los detalles más grandilocuentes con sutiliza, dotando de una calidad final al producto de relojería suiza.

La serie transcurre a lo largo de tres capítulos que, sin ser especialmente cautivadores, mantienen la atención del espectador. Y aunque el ritmo de la trama pueda llegar a ser especialmente lento en algunos momentos de esta miniserie, en definitiva la serie entretiene. Cumple con su función.