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Voto de Antonio Morales:
5
Drama. Musical. Cine negro Pete Kelly es un trompetista que toca con su banda de jazz, conocida como "Pete Kelly y sus Big Seven", en un local de Kansas City. Un día aparece por allí Frank McCarg, un mafioso que le exige ser su manager a cambio del 25% de las ganancias y de que su novia Rose cante en el grupo. Tras negarse, Frank asesina a uno de los amigos de Pete, por lo que esté decidirá aceptar sus condiciones, esperando tener en el futuro la oportunidad de ... [+]
15 de abril de 2017
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si a un aficionado al cine negro clásico americano y a la música, a priori, le hablan de un thriller de gángsters, con excelentes voces femeninas míticas como Ella Fitzgerald y Peggy Lee, en atractivos garitos además de buen Jazz, grandes actores como Emond O´Brien, Janet Leigh o un Lee Marvin que hace de bueno y toca el clarinete, ése aficionado cinéfilo y melómano se frotaría las manos ante tan maravilloso festín. Pero…, nada más lejos de la realidad una vez vista la película, porque todo queda en una rutinaria historia, sin garra, insulsa y anodina, ilustrada de buena música y voces en atractivos clubs de jazz durante los años de la depresión económica americana. Pues todo es debido a su vulgar guión y lo que es más lamentable, su plúmbeo director y actor que protagoniza el film, nada menos que en su papel principal, un inexpresivo y voluntarioso Jack Webb que al menos filma unos planos aceptables y puntuales que no desmerecen.

Director tosco que realizó casi todos sus trabajos para televisión, mientras como actor no transmitía emoción, de rostro pétreo y granítico, pues apenas movía un músculo de su cara, además de que su papel en esta película llega a ser antipático. En esta ocasión la Warner le otorgó un gran presupuesto si valoramos su excelente ambientación y decorados de lujo, la calidad de los secundarios, filmada en un excelente Cinemascope y Warnercolor que le da un cierto empaque al producto. El film podría haberse titulado “Historia de una trompeta”, pues comienza en Nueva Orleáns en 1915 con el entierro de un hombre de color junto al río Mississippi entonando todos un espiritual: “Didn´t He Ramble”. Durante el sepelio se ha perdido la trompeta que tocaba el músico difunto. 4 años más tarde, nuestro Pete Kelly (Webb), gana esa trompeta en una partida de dados en el vagón de un tren y en 1927, nuestro hombre la toca en su club de Jazz en Kansas City.

Se trata de un músico de Jazz que vive tiempos revueltos, debido a la crisis y la ley seca que ellos incumplen y, adulteran su alcohol en la trastienda del local de forma bastante original. Los personajes, a pesar de la trama criminal y chantaje, viven por y para la música, quizás es lo mejor y más honesto del film, pues abundan las actuaciones musicales entre el melodrama criminal y el cine negro. Donde aparece un gánster que controla gran parte de los negocios de la zona, encarnado por un discreto O´Brien, muy lejos de los geniales James Cagney o Edward G. Robinson que lo bordaban. Pretendiendo imponer su voluntad mediante la extorsión, la contratación de una amante alcohólica y desequilibrada como cantante, Peggy Lee y la representación como mánager de la banda de 7 músicos con Pete Kelly incluido.

En esta ocasión no hay mujer fatal, pero sí una rica burguesa, la caprichosa Ivy (Janet Leigh), una especie de heroína del charlestón que ama a Pete, pero es un amor que carece de pasión por la nula química de los actores, pues las pocas aristas que destila el guión, sólo otorga a la trama un carácter documental, como es la forma en que trabajaban aquellos garitos adulterando hasta el champagne. Algunos buenos detalles en la puesta en escena como el enfrentamiento final y pare usted de contar, demasiado poco para tan importante cartel.
Antonio Morales
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