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Voto de Antonio Morales:
7
Thriller Roger Borniche (Alain Delon) es un policía distinto a los demás: no lleva armas e incluso los gángsters le escriben para agradecerle su humanidad. Emile Buisson es, en cambio, un criminal que no duda en matar a sus propios cómplices. Los dos acabarán enfrentándose en un fantástico duelo. (FILMAFFINITY)
18 de abril de 2016
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es el nombre con el que se denomina el thriller a la francesa, uno de los más cultivados, carismáticos y exitosos de su cinematografía. Numerosos films policiacos hicieron Alain Delon y Jean-Luis Trintignant, este thriller de Jacques Deray corresponde a uno de los mejores trabajos de ambos: Delon supo explotar su hieratismo que, invocado en el nombre de la frialdad, le había caracterizado en “El silencio de un hombre” de J. P. Melville, Delon fabricó un tipo estoico, pasivo y a su medida sobre el cual asentó su contribución al polar. Por su parte Trintignant, poseedor de un físico más austero pero enigmático, encarna perfectamente a un atracador, un asesino frío y despiadado, desconfiado y siempre encogido, mirando de forma recelosa, que sólo es capaz de sucumbir a la música de Edith Piaf y su canción emblemática: “La Vie en Rose”.

“Flic story” está inspirada en la autobiografía de Roger Bornige – escribió varios libros sobre sus experiencias – , un detective de policía que después de la 2ª Guerra Mundial se tuvo que enfrentar a Emile Buisson, un peligroso hampón, de gatillo fácil, que tuvo en jaque a toda la policía gala. Delon en su rol de productor del film, halló sin duda la ocasión perfecta para seguir la estela de los norteamericanos que enfrentaban en proyectos de diversa índole a populares actores de la pantalla en personajes opuestos, en este caso Trintignant. El protagonista de “A pleno sol” había regresado a Francia tras realizar algunas cintas nada notables en los EEUU.

El film comienza en Septiembre de 1947, tras la fuga de Buisson de la prisión de La Santé. Es probable que Deray, el director, al enfrentarse a los hechos más o menos reales, si bien tamizados por el tratamiento novelesco del escritor, se propusiera darle al film un aire de crónica distante, casi desdramatizado. La historia aparece presentada en off por el inspector Borniche (Delon), por fortuna, sólo en un par de ocasiones que son las precisas, mientras que va mostrándonos en paralelo las actividades del policía, y la del fugitivo de la justicia. Bornige es un individuo de mirada gélida que enciende un cigarrillo tras otro, no aprueba los métodos violentos de sus compañeros, no se lleva bien con su jefe, el comisario que le presiona constantemente y mantiene relaciones poco sustanciales con una rubia de nombre Catherine (Claudine Auger). Todo ello mientras Buissón atraca y mata sin piedad.

Deray nos entrega una crónica realista de las actividades de un asesino y del policía que le persigue, sin descanso pero con paciencia y sin precipitarse, en un París invernal, sombrío, que hizo vivo y verosímil: las calles angostas de la periferia, los bares, los restaurantes caros, los mesones de carretera, el metro y hasta los campos neblinosos, para al fin, proponer algo que ha venido acompañando al cine casi desde su nacimiento: que asesino y policía perseguidor muestren una extraña química, una cierta empatía, algo que sólo entenderemos cuando veamos esta excelente película.
Antonio Morales
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