Concebida inicialmente como episodio piloto de una serie televisiva (en España se emitió durante los años 60, bajo el nombre de “Los Intocables”), para la ABC Televisión, la alta calidad cinematográfica de “Cara cortada” obligó a sus responsables a replantearse la explotación comercial de un producto que podía exhibirse, sin reproche alguno, en la gran pantalla. Irónicamente la D.G.A. (Director Guild of America) reconoció el trabajo de Karlson con el galardón a la Mejor Realización para T. V., cuando lo único que hizo el cineasta fue aplicar los pragmáticos conceptos narrativos y de puesta en escena aprendidos durante su periplo profesional en la serie B: Una planificación seca y brillante, capaz de aprovechar la limitación de decorados y la casi total ausencia de exteriores, un cuidado elenco de actores, donde destacan, evidentemente, Robert Stack como Eliot Ness, Neville Brand como Al Capone, Keenan Wynn interpretando al ayudante y amigo de Ness.

Una estudiada iluminación y posición de la cámara orientadas a fortalecer el tono duro, inquietante, del relato. De hecho, si se ignora el hecho televisivo, puede afirmarse sin problemas que estamos ante una autentica película de serie B, policiaca, agreste, eficaz y ocasionalmente brillante. El film es la adaptación de la novela pseudo-biográfica escrita por el antiguo agente federal Eliot Ness (1903-1957), con la colaboración del periodista Oscar Fraley titulada “The Untouchables”. Publicado pocos meses antes de la muerte de Ness, el libro es una mezcla de verdad y mentira, de hiriente realismo y pura exageración, centrado básicamente en los dos años y medio que duró su “cruzada” contra el rey de la mafia en Chicago, Al Capone.

Ness cuenta sus experiencias de forma hiperbólica y pomposa, arrogándose el papel de héroe americano, eludiendo temas embarazosos como sus dos divorcios, sus negocios ruinosos o su fracaso en las elecciones para alcalde de Cleveland en 1947. Quizás sea por este motivo que Phil Karlson plantea “Cara cortada” a contrapelo de tan “homérico” texto: de ahí que sea un film “noir” sórdido y claustrofóbico, desarrollado predominantemente en escenarios nocturnos o en interiores poco acogedores, cuando no decididamente angustiosos. En definitiva, una vez más se demuestra que la calidad de una película, no tiene porqué depender de un elevado presupuesto.