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Voto de Vivoleyendo:
9
7,3
6.741
26 de mayo de 2010
55 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una joya pulida con arte es esta cinta en la que relumbra desde lejos la influencia de Hayao Miyazaki, el mago de la animación artesanal japonesa. Studio Ghibli vuelve a echar los restos con su varita de prodigios, sumergiendo al hechizado espectador en una aventura urbana adolescente conmovedora hasta la médula.
Los fondos detallados con minuciosidad milimétrica, y el estilizado dibujo, conducen por un sin fin de imágenes que atrapan la vista y la plena atención. Un Tokio de ensueño se desborda en cada fotograma, con un tratamiento tan fiel a la realidad, y a la vez tan creativo, que la mirada se queda prendida de cada mínimo detalle, de cada destello de luz y color, de los matices del cielo, del paisaje de la gran ciudad, de los objetos más ordinarios. La superpoblada capital de Japón plasmada por las manos hábiles de los dibujantes, late con gran fidelidad al original, y a la vez con una imaginación que no tiene nada de artificial. Seduce la vibración de la enorme urbe rasgada de rascacielos y de una inaudita variedad de edificios, instalaciones y zonas residenciales más tranquilas que conviven con el verdor de parques y jardines, todo resonante de actividad, de luces y sonidos, con los cargados trenes del metro atronando en las vías, las multitudes desplazándose por las vías públicas, y el velo del sol crepuscular dorando todas las superficies expuestas. Seduce la iluminación nocturna bajo el manto de estrellas difusas.
También engancha ese diseño de los interiores de los típicos apartamentos unifamiliares que suelen contagiarse de la abarrotada cualidad de la ciudad en la que se asientan, llenos de cosas y de utensilios por todos los rincones, estantes a rebosar, libros en el suelo, las pertenencias en ese pulcro desorden de los hogares en los que los miembros habitan con la aceleración de la actualidad. Otros interiores dan la sensación de haber sido sacados de una casa anacrónica, de cuento.
Y por si no nos quedáramos convencidos con tal impacto visual, ahí tenemos por añadidura la adición de una narración impecable, un argumento que se gana por goleada la complicidad de quien ya se ha quedado extasiado ante tanto atractivo.
Los fondos detallados con minuciosidad milimétrica, y el estilizado dibujo, conducen por un sin fin de imágenes que atrapan la vista y la plena atención. Un Tokio de ensueño se desborda en cada fotograma, con un tratamiento tan fiel a la realidad, y a la vez tan creativo, que la mirada se queda prendida de cada mínimo detalle, de cada destello de luz y color, de los matices del cielo, del paisaje de la gran ciudad, de los objetos más ordinarios. La superpoblada capital de Japón plasmada por las manos hábiles de los dibujantes, late con gran fidelidad al original, y a la vez con una imaginación que no tiene nada de artificial. Seduce la vibración de la enorme urbe rasgada de rascacielos y de una inaudita variedad de edificios, instalaciones y zonas residenciales más tranquilas que conviven con el verdor de parques y jardines, todo resonante de actividad, de luces y sonidos, con los cargados trenes del metro atronando en las vías, las multitudes desplazándose por las vías públicas, y el velo del sol crepuscular dorando todas las superficies expuestas. Seduce la iluminación nocturna bajo el manto de estrellas difusas.
También engancha ese diseño de los interiores de los típicos apartamentos unifamiliares que suelen contagiarse de la abarrotada cualidad de la ciudad en la que se asientan, llenos de cosas y de utensilios por todos los rincones, estantes a rebosar, libros en el suelo, las pertenencias en ese pulcro desorden de los hogares en los que los miembros habitan con la aceleración de la actualidad. Otros interiores dan la sensación de haber sido sacados de una casa anacrónica, de cuento.
Y por si no nos quedáramos convencidos con tal impacto visual, ahí tenemos por añadidura la adición de una narración impecable, un argumento que se gana por goleada la complicidad de quien ya se ha quedado extasiado ante tanto atractivo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El guión de Miyazaki coge las inquietudes de la juventud y las remueve con hermosísima y lúcida precisión. Una chica amante de la lectura siente curiosidad hacia un misterioso lector cuyo nombre aparece en todas las fichas de los libros que ella pide en préstamo en la biblioteca. Shizuku es una estudiante como muchas, algo preocupada por su falta de vocaciones. En su casa pasa muchas horas ensimismada, tratando de no distraerse de sus estudios, pero sin lograrlo. El ambiente de su colegio es como el de todos los colegios: jovenzuelos que despiertan a las sensaciones de hacerse mayores. Su amiga Yuko está enamorada en secreto, sus compañeros de clase hacen el bobo cuando no hay adultos mirando… Todo normal. Pero, cuando Shizuku descubre al lector misterioso y entablan una relación especial, ella notará surgir en su interior la necesidad de definir su vocación y plantearse el futuro…
Preciosa evolución hacia la adultez de unos chicos sensibles que tocan el alma. Joyas en bruto que esperan a ser pulidas con dedicación y cariño.
Otra caricia al corazón de parte del Studio Ghibli.
Preciosa evolución hacia la adultez de unos chicos sensibles que tocan el alma. Joyas en bruto que esperan a ser pulidas con dedicación y cariño.
Otra caricia al corazón de parte del Studio Ghibli.